Sinceridad y Dedicación

LA FE SOLO ES AUTÉNTICA CUANDO ES SEGUIDA POR LA PRÁCTICA SINCERA DEL AMOR AL PRÓJIMO

Un día Meishu sama nos dijo con relación a determinado asunto: “Innumerables demonios están atentos para causarme inconvenientes y también perturbar mi servicio, pero como ninguno de ellos puede llegar cerca mío, intentan conseguirlo apoyándose en los que me son próximos”.

Así, en virtud de la pequeñez de nuestra fe, muchas veces nos hacemos prisioneros del demonio y causamos inconvenientes y problemas a Meishu sama; además perturbamos también a la Obra Divina. Por lo tanto, por más insignificante que pueda parecer una cuestión, su real significado es de gran importancia.

Meishu sama me enseñó: “Cuando se eleve su fe y haya verdadera intención de defender mi trabajo la Obra Divina, aun sacrificando su propia vida, no habrá oportunidad de que el demonio lo tome”.

Dijo también: “La fe es acción; por lo tanto si no puede ponerla en práctica, no sirve de nada. Tal fe es infantil”.

Un dedicador



EXISTE ORDEN HASTA EN EL SALUDO


Un día, nosotros, los discípulos de Meishu sama, estábamos reunidos en el Fujimitei, Solar de la Contemplación del Monte Fuji, cuando Nidai sama volvió de la clase de "Nagauta" (canción para danzas).

Antes de que nosotros la saludásemos con un: “Buenas tardes”, Nidai sama nos dijo: “Sean bienvenidos”.

En ese mismo momento, Meishu sama advirtió blandamente a Nidai sama: “El orden está errado”.

Un miembro calificado



LOS QUE SON SINCEROS SON FELICES


El hecho que sigue ocurrió en 1947 ó 1948, cuando tuvimos una entrevista colectiva con Meishu sama, en el Tozan So (Solar de la Montaña del Este). Había una muñeca sobre el armario de la sala.

Al observarla Meishu sama dijo: “No sé quién hizo esa muñeca, pero lo cierto es que fue hecha por alguien con todo el corazón. Sólo al ver la costura de su media, de punta a punta, veo que está impregnada de amor. Quien hizo esa muñeca, sin duda vive feliz”.

En ese momento me sentí en contacto con una parte del espíritu de Meishu sama, que desea siempre la felicidad de las personas.

Kyokaicho (un Dirigente del Templo)



OLVIDANDO EL ESPÍRITU INICIAL, SE PIERDE LA FE


El hecho que sigue ocurrió en el primer piso del Museo de Arte de Hakone. Cierto día, Meishu sama, vino al Museo para reemplazar las Obras de Arte expuestas de Caligrafías y Pinturas en rollo.

Como de costumbre, también en esa ocasión extendimos la estera frente a la vitrina, y sobre ella dispusimos las obras de arte y sus respectivos nombres escritos en un papel, listos para ser colocados.

Al principio, cuando recibí esa dedicación, hacía todo de corazón, pero con el correr del tiempo, se hizo un hábito y al haberme acostumbrado a ello, me distendí. Y justamente ese día, Meishu sama hizo la siguiente observación: “La disposición de hoy está medio rara”. Él no se refería de manera alguna a la forma, sino que apuntaba a la postura de mi espíritu. Como dirigió Su palabra a mí, y las obras estaban en la misma disposición que siempre, sin entenderlo en ese momento, confundido, respondí: ¿Sí?.

¿Usted está leyendo lo que escribí?
Sí, estoy leyendo.
Entonce,s ¿qué dice en la primera página de Cimiento del Paraíso?
¡Se refiere a la Sinceridad!
Pero aquí no hay sinceridad.

Creo que realmente grabé sus palabras en mi corazón, pues, reflexionando bien, vi que al comienzo, dedicaba seriamente, con el pecho lleno de alegría, pero imperceptiblemente, dejaba que se convirtiera en un hábito. Creo que Meishu sama me alertó contra eso.

Un dedicador del Museo de Arte



NO HAY NADA MÁS GRATIFICANTE QUE LOS MIEMBROS


Un día, en medio de una conversación con un visitante, Meishu sama respondió una pregunta con aire de orgullo: “En todo soy eficiente. Estoy utilizando a un gran número de personas pero las dejo libres. Ahora estoy orientándolas en la construcción de una pequeña montaña artificial en la parte del fondo, pero ellas son mucho más eficientes que los trabajadores en general. Es gratificante, pues todos son miembros y, antes que nada, tienen fe. Por más libres que los deje, hacen lo que debe ser hecho y además, cuando realizan un servicio que les gusta, éste rinde mucho más que lo normal; todos trabajan con más disposición. No digo sin embargo que eso suceda en todas las ocasiones pero, finalmente, como los miembros tienen fe, aun cuando los dejo en lugares distantes, lejos del alcance de mi vista, puedo quedarme tranquilo. Por lo tanto, la fe es algo valioso. Además de ser cómodo para mí, ellos son eficientes; por eso, no hay nada más gratificante que los miembros.”

Un dedicador



EL ERROR DE MENTIR PARA EVITAR UNA REPRIMENDA

Un día, Meishu sama nos dijo afectuosamente: “El hombre de la actualidad miente mucho. Me parece que en América no tanto, pero la mayoría de los japoneses son mentirosos. Aun entre los visitantes que vienen aquí, no hay siquiera una persona que no mienta. Hubo una época en que venían aquí, diariamente, personas que querían engañarme. Los peores me trataban como a un señor feudal, bonachón, e intentando engañarme, decían mentiras evidentes. El proverbio: Débil es aquél que no ve como tal a un indulgente, se refiere exactamente a eso. Ese tipo de hombre tiene como hábito la mentira y la dice tan naturalmente que ni se da cuenta de que está mintiendo. Asimismo están los que se quedan extasiados con su propia mentira. También entre mis subordinados están los que, si respondiesen con franqueza, podrían hacerlo inmediatamente, pero luchan porfiadamente pensando en cómo disimular para no ser reprendidos. En esas ocasiones siempre les digo: ‘¡Dejen de mentir!; ¿Piensan que puedo salvar a la humanidad si soy capaz de ser engañado por ustedes?”.

Un dedicador



LA ESTUPIDEZ DE LOS QUE SE ESFUERZAN EN ECHAR AGUA EN UN CESTO DE BAMBÚ

En cierta ocasión, Meishu sama dijo: “Estúpido es aquél que piensa que puede engañar a Dios. Si eso fuese posible, significaría que el hombre está por encima de Dios.

Por más ingeniosa que sea la mentira, algún día seguramente será descubierta. La gran falla de la gente está en el pensamiento de que triunfarán con ese cúmulo de mentiras. Lo que consiguen edificar con gran esfuerzo, se desmorona de una sola vez. No hay palabras para expresar la estupidez de los malhechores que viven repitiendo esos actos, que se asemejan al esfuerzo de echar agua en un cesto de bambú”.

Un dedicador



PUEDEN ENGAÑAR LOS OJOS DE LOS HOMBRES, PERO A LOS DE DIOS...


El hecho que sigue ocurrió en 1948, en Atami, en la época de la Sede Provisoria del barrio de Shimizu.

En aquella época, Meishu sama comenzaba a hacer caligrafías todas las noches, a partir de las 18.45 hs. Otras dos personas y yo lo ayudábamos, limpiando primero la sala y preparando todos los materiales necesarios, para después recibirlo.

Una noche, los dos que dedicaban conmigo, jugando con la escoba, terminaron rompiendo la araña. En esa época, el que rompía, aunque fuera un plato, debía presentarse a Meishu sama de inmediato, y pedirle perdón.

Cuando procedíamos así, Meishu sama perdonaba, diciendo simplemente: “Si fue por un descuido, no se puede remediar. De ahora en adelante preste más atención”.

Pero justo ese día Meishu sama no estaba de buen humor; así, los dos pensaron que si en ese momento iban a disculparse, serían severamente reprendidos, y como todavía había tiempo suficiente para el comienzo del servicio, fueron a un negocio de arañas, compraron una igual e hicieron la sustitución.

Así, no fueron a pedir disculpas. Seguidamente recibimos a Meishu sama como si nada hubiese sucedido. A pesar de no haber sido yo el autor de la ocurrencia, en mi interior sentí remordimientos, pero me quedé quieto.

Como de costumbre, Meishu sama inició enseguida el servicio, oyendo la radio. Pero, durante el trabajo, inadvertidamente puso su mano sobre el tapete y sintió un trozo de vidrio. Entonces preguntó: “Sucedió algo aquí, ¿no?”. Los dos se miraron e, interiormente, deben haber pensado que habían sido descubiertos. Pero, fingiendo que no sabían nada, procuraron disimular. Inmediatamente, Meishu sama solicitó que llamaran a la persona que había limpiado aquella sala. Entonces llamaron a la dedicadora.

Ella, que no tenía conocimiento de nada, aunque no entendía, se disculpó. Entonces todas las dedicadoras fueron llamadas, una a una, pero no apareció el culpable. Meishu sama dijo: “¡Esto no es posible!”, e hizo un interrogatorio severo. Inmediatamente, sin poder contenerse, los dos comenzaron a llorar: “Discúlpenos. En realidad sucedió esto, así y así...”. Entonces, Meishu sama quedó muy irritado y llamó la atención con todo rigor: “¡Puede parecer algo muy insignificante, pero no es la actitud propia de un miembro!. Por más que engañen la vista del hombre, no podrán engañar los ojos de Dios”, y los dos recibieron una semana de castigo.

Yo estaba cerca, oyendo atentamente que los dos eran reprendidos, pero terminada la advertencia, Meishu sama se dio vuelta hacia mí y dijo: “Usted sabía esto, ¿no?. Saber el hecho y silenciarlo es un error más grave que el de los propios autores”. Así recibí una advertencia dos veces mayor que la de ellos. Bajé la cabeza y pedí perdón muchas veces, pero no lo obtuve.

“¿Cuántos años hace que usted ingresó en la fe?. ¿Si los dos querían esconder lo que habían hecho, la verdadera actitud suya no sería hacer que lo reconsiderasen?. Más que eso, un verdadero miembro, es aquél que va a disculparse en lugar de los dos. A cambio de eso, usted se hizo cómplice. ¿No se siente culpable delante de Dios?. A una persona así no puedo confiar los importantes servicios de Dios”. Y en mi caso no fue una semana de castigo, sino que me prohibió entrar en los aposentos, salvo en las horas de las comidas y para dormir, durante un mes entero. Entonces, diariamente, hacía la limpieza de los jardines.

Poco tiempo después de aquel incidente, nuevamente uno de los dedicadores cometió una imprudencia. Esta vez averió una valiosa obra de arte. Pero esa persona fue inmediatamente a pedirle perdón a Meishu sama. Me dijeron que entonces El usó la benevolencia y dijo: “Lo que rompió no se puede arreglar. Tenga más cuidado de ahora en adelante”.

Me sentí impresionado al saber que Meishu sama era capaz de perdonar, con facilidad, por la pérdida de una obra de arte de alto valor; por otro lado, en el caso de la araña, que si no me equivoco costaba sólo cuarenta yenes, no nos perdonó.

Así, en relación con aquello con lo cual no estaba de acuerdo, esto es, las mentiras, Meishu sama advertía severamente.

Un dedicador



APRENDER UNA HONESTIDAD FIEL COMO LA IMAGEN REFLEJADA EN UN ESPEJO


Dediqué al lado de Meishu sama por largos años y constaté que era una persona realmente sorprendente por su honestidad; oía atentamente todo lo que le decían y no por eso se dejaba engañar.

Esto era tan cierto que un día dijo: “Hay casos en que, sin otra alternativa, estoy obligado a disimular, pero siempre es con dificultad, pues la gente cree que lo que digo siempre es una verdad”.

Un dedicador



LOS QUE PUEDEN DECIR “NO SÉ” HONESTAMENTE


Cierta vez Meishu sama comentó: “Para decir ‘yo no sé’, es preciso mucho coraje. Por lo tanto, cuando una persona no sabe algo, si lo dice con honestidad, la confianza que los otros depositan en ella tiende a aumentar. Aquellos que pueden decir ‘no sé’, dominando así su amor propio, creo que siempre serán capaces de dar una verdadera orientación”.

Kaicho (Presidente)



TODO DEBE SER HECHO A LAS CLARAS


Oí este hecho de boca de un miembro calificado, superior mío. Me contó que Meishu sama había dicho: “Le voy a dar esto”; y tomando un objeto entre los que le habían ofrendado, lo puso en sus manos.

El miembro calificado se extrañó: “¿Por qué será que Meishu sama me dio esto?”. Llegó a su casa, abrió el paquete y verificó que aquel objeto ya había sido recibido por el ofrendante, anteriormente, de otra persona. Lo supo por una tarjeta que, inadvertidamente, aun se encontraba en el paquete.

No hay nada malo en ofrendar a una persona un objeto recibido de otra, pero en aquel caso, este hecho se había ocultado, y allí había un motivo para reflexionar. Creo que Meishu sama ya sabía todo, incluso antes de abrir el paquete. Así, se lo dio a aquel miembro calificado, enseñándole, sin palabras, que: “Todo debe ser hecho a las claras”.

Kaicho (Presidente)



EL ESPÍRITU ALTRUISTA QUE INSPIRA LA VERDADERA DEDICACIÓN


Durante la guerra, al oir decir que a Meishu sama le gustaba mucho la trufa, deseé llevarle de algún modo, algunos de esos pescados. El funcionamiento del ferrocarril era muy precario y para que llegaran todavía frescos, los coloqué en un recipiente térmico, que conseguí con mucho esfuerzo, y fui a la estación de Nagoya para tomar el tren nocturno de las 20 horas. Pero había un aviso de que el tren no funcionaría por tiempo indeterminado, por haber sufrido ataques aéreos.

Con cierto desaliento, me senté junto al cerco pensando: “Que sea lo que Dios quiera”; pero al mismo tiempo, oraba con fervor y pensaba si no habría algún medio de hacer llegar a Meishu sama los pescados que a El tanto le gustaban.

Repentinamente, anunciaron por altoparlante la partida de un tren con destino a Tokio. Eran muy pocos los que sabían de la partida de ese tren. Lleno de alegría, logré entregar los pescados, a la mañana siguiente bien temprano, en el Shinzan So (Solar de la Montaña Divina) en Hakone.

Inmediatamente, los pescados fueron preparados para ser servidos en el desayuno. Me parece que el encargado no entendía mucho acerca del referido pescado. Yo estaba en una sala, al lado del corredor, tomando algo, cuando repentinamente Meishu sama apareció en la cocina con pasos ruidosos y dijo severamente: “¿Quién asó los pescados?; ¿Pretende pisotear el espíritu altruista de la persona que trajo estos pescados frescos, especialmente, para que yo pudiera saborearlos?”.

Los referidos pescados asados, más parecían sardinas secas asadas. Aunque yo nunca había asado un pescado, tomé inmediatamente algunos que quedaban y los puse a asar. Pero era difícil, pues o se prendían fuego o se quemaban. Entonces los salé bien, aumenté el fuego y pude asarlos, pacientemente, a una cierta distancia. Después los serví, sacando antes el exceso de sal. Era natural que yo tampoco hubiera podido asarlos bien. Durante la comida quedé preocupado por lo que podía suceder.

Más tarde, me encontré con Meishu sama cuando se dirigía a Su baño matinal. Su acompañante le dijo: “Esa es la persona que trajo los pescados”. Entonces, Él me miró y me dijo: “Estaban deliciosos. Fue muy bueno”.

Un miembro calificado



SI CONTINUA CULTIVANDO ESE AMOR …


En Mayo de 1945 me encontré por primera vez con Meishu sama, en Tozan So (Solar de la Montaña del Este).

Aunque sin oir palabras especiales de Su parte, con emoción, mi espíritu vibró, y pensé: “Pude encontrarme con Meishu sama”. Luego, fui a mi tierra natal, Izu y a pesar de la situación de escasez de mercaderías, después de buscar mucho, conseguí un poco de pescado seco que se llama Katsuobushi y camarón de Isse. Volví a Atami y, al día siguiente, los entregué en el Solar. Cuando ya estaba por partir hacia casa, la dedicadora a quien le había entregado los pescados, me llamó para trasmitirme las siguientes palabras de Meishu sama: “Los productos que trajo están impregnados de amor. Gracias por traerme cosas tan buenas. Katsuobushi es uno de los productos especiales que representan al Japón y el espíritu de la palabra Katsuo es bueno. Si continúa cultivando de esa manera el espíritu de amor, ciertamente habrá transformación positiva en su destino y vencerá al mundo”.

Con estas palabras en el pecho, regresé a la región de Kansai (mi área de difusión) y puedo afirmar que a partir de entonces, ellas determinaron mi destino.

Un miembro calificado



MUCHAS GRACIAS, ESTABA DELICIOSO


Una vez fui a Hakone a llevar trufas, pescados que Meishu sama apreciaba mucho y, por orden suya, fui llevado a una sala del Shinzan So (Solar de la Montaña Divina). Algunos momentos después, Meishu sama entró rápidamente y me dijo, apenas en un suspiro: “Muchas gracias por el pescado. Estaba delicioso” y retornó a la otra sala. Sentí que Su sentimiento podía ser traducido así: “Por lo menos, quiero dirigirle, personalmente, palabras de agradecimiento”, y por eso me hizo esperar.

En ese espíritu de querer valorizar el amor con que había sido hecha una ofrenda, por mínima que fuese, se percibe el calor de los sentimientos de Meishu sama.

Nunca sentí tanto como en aquella ocasión, la importancia de aprender y tomar en consideración el amor de la gente.

Kyokaicho (un Dirigente del Templo)



AUNQUE LOS PANTALONES SEAN DEMASIADO LARGOS, SI HAY AMOR...

Aprendí muchas cosas con las ofrendas llevadas a Meishu sama. Fue inmediatamente después del fin de la guerra, después que permitieron el envío de mercaderías de los Estados Unidos al Japón, cuando llegaron ropas y provisiones para el miembro calificado de la filial cercana, remitidas por una hermana suya, residente en aquel país. Ella las envió preocupada por la difícil situación en que se encontraba Japón después de la derrota.

Entonces le dije a este miembro calificado: “Su hermana de Estados Unidos le envió estas cosas porque usted está vivo. Y el hecho de estar vivo, usted se lo debe a Meishu sama. Por lo tanto, ¿qué le parece si le ofrenda todo eso que recibió, como está, con espíritu de gratitud?”.

Pero como las camisas y los pantalones eran grandes, ese miembro calificado me dijo, preocupado: “Como Meishu sama es una persona menuda, no sé si debo llevarle esto”. Entonces le dije: “No se preocupe por eso y vamos a ofrecerle a Meishu sama cosas distintas, venidas de los Estados Unidos”.

Así, él le ofrendó todo, tal como lo había recibido. Entonces, fui llamado por Meishu sama. Me presenté frente a Él con miedo de ser reprendido con las palabras: "Hay un límite para tomarme por tonto", por haberle enviado ropas tan grandes. Pero El me dijo: “Muchas gracias por las cosas tan buenas llegadas de los Estados Unidos”. Entonces le expliqué: “Meishu sama, eso le fue ofrecido por un miembro calificado”; “¿Ah, sí? dijo Meishu sama Entonces agradézcale por mí”.

Así tuve la experiencia de que, cuando dedicamos con amor, si no nos tomamos de los detalles, tales como ésos, de camisas grandes o pequeñas, Meishu sama quedaba satisfecho.

Kyokaicho (Un Dirigente del Templo)



ME ALIMENTO DEL AMOR DE LOS MIEMBROS


A Meishu sama le gustaban mucho las batatas cocidas al vapor y las comía todas las mañanas, alrededor de las ocho. Prefería las batatas producidas en Kawagoshi.

Cierta vez, le ofrendaron batatas de Kawagoshi, pero ese año la producción no había sido buena en el país entero. Así, entre las batatas ofrendadas, había algunas muy pequeñas. Al principio, fui cocinando las más grandes, pero al final quedaban solamente las del tamaño de un pulgar.

Entonces, pensando que eran muy pequeñas para ofrecérselas a Meishu sama, cociné y le llevé batatas de otra procedencia. Entonces, me preguntó: “¿Aquellas otras batatas ya se acabaron?”. Le respondí: “Como quedaban sólo las pequeñas, creí que no era conveniente ofrecérselas y serví éstas”. Entonces Meishu sama me dijo: “Estoy alimentándome, principalmente, del amor de los miembros. Si las batatas son grandes o pequeñas, eso no es problema”.

Un dedicador



PIENSE EN EL AMOR DE LOS MIEMBROS


Fue alrededor de Enero o Febrero de 1950. Estaba dedicando en Atami, en la Sede Provisoria del barrio de Shimizu y como los papeles de las puertas corredizas del cuarto estaban rasgados en varios lugares, a pesar de no ser habilidoso, los remendé con otro papel.

Al ver eso, Meishu sama me reprendió: “Ustedes son insensibles. No debe hacer un remiendo tan vergonzoso. Debe haber muchos papeles adecuados para puertas corredizas, ofrendados por los miembros con amor. ¿Por qué no los usa y hace un trabajo correcto?. Ustedes, en lugar de vivificar el amor de los miembros, lo ignoran. ¡Sustituya todo por papeles nuevos!”; y al ver que además había una puerta con agujeros me dijo con expresión severa: “¡Es vergonzoso que deje agujeros, por donde puede pasar hasta un gato!”.

Enseguida nos orientó: “Por ejemplo, hay casas en las que encontramos telas de araña; esto es prueba de extrema insensibilidad, pues significa que esas casas son morada de insectos. Como residencias de hombres, las casas deben ser conservadas limpias y en orden. En el caso del papel, si el miembro que envió los papeles viese la puerta con ese aspecto, toda remendada, pensaría con seguridad: ¿Por qué será que no usan los papeles que envié?”.

Recuerdo aun hoy, con gratitud, aquellas palabras que me enseñaron a pensar en el amor de los miembros.

Un dedicador



AGRADECER HASTA UN PAQUETE DE GALLETAS


En la época del Hozan So, (Solar de la Montaña Preciosa), en Tokio, había escasez de todo; por eso, aun cuando ofrendábamos sólo un pescado o cualquier otro producto seco, Meishu sama se mostraba realmente satisfecho.

Después que se mudó a Hakone y Atami, cuando le ofrendábamos con amor, aunque fuese un paquete de cigarros, lo recibía con alegría. Aún por un paquete de galletas saladas decía: “Estaba delicioso”.

Así, yo me sentía emocionado, sentía alegría al servirlo, con el pensamiento: “Aunque me sacrifique, deseo ofrendar algo a Meishu sama”.

Un miembro calificado



EL AMOR ES LA MEJOR OFRENDA


Meishu sama tomaba muy en serio el hecho de agradecer las ofrendas hechas por los miembros.

Por ejemplo, aunque fuera un pescado o una zanahoria de Agricultura Natural, los comía demostrando que estaban muy sabrosos y preguntaba dos y hasta tres veces: “¿Quién trajo esto?”.

Incluso, hacía que un dedicador registrara en un libro, el nombre de las personas que habían hecho ofrenda y a la noche lo miraba.

Quedaba muy agradecido cuando se trataba de ofrendas hechas con amor. Sin embargo, percibía enseguida aquéllas en las que no había ese sentimiento. Aunque le ofrendaran algo diciendo: “Esto es producto de Agricultura Natural”, después Meishu sama decía: “Eso es mentira”. Jamás el donante conseguía engañarlo.

Un miembro calificado



SERVIR CON AMOR SIEMPRE TRAE LA SALVACIÓN


Meishu sama era perspicaz en todo. Cierta vez, habiendo reunido el donativo de la Ceremonia Mensual de mi Difusión, fui a entregarlo y a agradecerle. Percibiendo que yo no tenía el dinero para pagar el alquiler de la casa, ese día Meishu sama me entregó la cantidad necesaria para hacer ese pago. Sentí, por primera vez, que si dedicamos con amor, en cualquier momento de emergencia somos salvados, aunque sea por un triz. Y lloré de gratitud.

Un dedicador



EN LA DEDICACIÓN, EL AMOR ES MAS IMPORTANTE QUE EL DINERO


Meishu sama enseñó que también la dedicación debe ser adecuada a las diferentes personas.

Por ejemplo, cuando una persona decía: “Mi hogar se encuentra en dificultades y no puedo dedicar lo suficiente”, Él respondía: “Estoy de acuerdo con usted”. Entonces, emocionada por esas palabras, la persona respondía: “Cuando sea feliz, dedicaré más”; como respuesta, Meishu sama mostraba en su expresión señal de asentimiento.

Posteriormente, cuando fui a Hawai y Estados Unidos, esas Enseñanzas de Meishu sama me dieron mucha fuerza.

El hecho que sigue sucedió cuando yo estaba en Hawai. Le envié una carta en la que le preguntaba a Meishu sama acerca de la dedicación de dinero.

En aquella ocasión, me respondió: “Cada uno tiene su misión. Usted debe olvidar la dedicación de dinero a la Sede General.
No debe preocuparse por eso; no se olvide de que todas las riquezas del mundo pertenecen a Dios. Cuando la Sede General precise dinero, Dios enviará la cantidad necesaria a través de personas sinceras de aquí.
Cuando llegue el tiempo exacto, y comiencen a comprender la verdad, será algo extraordinario.
Pero, en lugar de eso, debemos cuanto antes salvar el mundo.
Por lo tanto, libere a las personas de allí de esa preocupación y haga que se tranquilicen.
Compre enseguida un terreno o la casa para la filial y muestre que nuestro objetivo no es acumular dinero, sino salvar a la humanidad; muestre concretamente que el dinero allí recaudado es empleado allí mismo, en Hawai.
Usted tiene que entender más y más lo que es el verdadero ‘Daijo’.(ser amplio en todos los sentidos)”.

Reflexioné, aunque tarde, sobre mi pequeñez y, al mismo tiempo en que pedía perdón, me sentía conmovida por la grandiosidad del espíritu de Meishu sama.

A partir de entonces, repentinamente, me sentí fortalecida y en la reunión de directorio fue decidida la compra del terreno y el edificio de la actual Filial de Hawai.

Realmente, como dijo Meishu sama, todas las riquezas de este mundo pertenecen a Dios.

Kyokaicho (Una Dirigente del Templo)



SIGA LAS ENSEÑANZAS CON CORAJE


Cuando el Miembro calificado que nos dirigía falleció, fui a pedir orientación a Meishu sama y le dije: “Nuestro Miembro calificado superior falleció y como nuestra Filial todavía es pequeña, no podemos ofrecer suficiente dedicación monetaria, motivo por el cual estoy muy preocupado. En adelante, ¿con qué espíritu debemos proseguir?”.

Riendo, Meishu sama me dijo: “Por lo tanto, usted apenas recibió orientación, ¿no es así?. De esa forma no podrá hacerse rico. Cuando eso ocurra, ya estará formado el Paraíso Terrenal”.

Entonces, contesté: “¿Podré vivir hasta entonces?”, Meishu sama rió más fuerte aun y me enseñó: “Aun cuando sea discípulo de cualquier miembro calificado, al final todos son mis discípulos. El señor de la Enseñanza soy yo. No hay necesidad de imitar a otras personas. Le enseñaré a usted muchas cosas, lo máximo posible; por eso haga sólo aquello que yo oriento, con coraje”.

Kyokaicho (Un Dirigente del Templo)


EN LA OBRA DIVINA NO CABEN LOS COMPLEJOS DE INFERIORIDAD


Siempre que era reprendido, me sentía realmente inútil. Entonces, le pregunté a Meishu sama: “Esta necedad mía ¿no mejorará por el resto de mi vida?”; y Él respondió: “Nada de eso, no hay razón para que Dios encargue a una persona tanto trabajo, sabiendo que ella no mejorará por el resto de su vida”.

Un dedicador

SEA HUMILDE PERO NO SE HUMILLE


Cierta vez, le dije a Meishu sama: “Para una persona como yo, es una honra ser utilizada por Usted”. y  Él me contestó: “Nunca más vuelva a mencionar esa expresión: ‘una persona como yo’. Quien está utilizando a esa persona soy yo. Y desmerecer a quien estoy utilizando significa decir que Dios está empleando a alguien incapaz, ¿no es así?”.

Creo que con estas palabras El quería decir: “No debe humillarse aunque debe mantenerse humilde”.

Un dedicador


EN LA DEDICACION TAMBIEN EXISTE EL “JISHOI” (tiempo, lugar y circunstancia) .


El siguiente hecho ocurrió inmediatamente después que yo comenzara a dedicar al lado de Meishu sama.

Naturalmente, una vez que estuve a su lado, deseaba hacer cualquier cosa por la Gran Obra de Salvación de la Humanidad. Así, muy contento y lleno de coraje, procuré empeñarme en todo. Sin embargo, entre ese gran sueño y mi incapacidad, mi ceguera y mi pequeño corazón, había una gran distancia, por eso siempre me torturaba una gran inseguridad y vacío.

Así, como sucede con cualquier persona que deposita esperanzas en el futuro, antes que nada yo quise saber cuál era mi misión y le pregunté a Meishu sama: “¿A qué función debo dedicarme y qué es lo que debo hacer?”.

Inmediatamente, Meishu sama me respondió con palabras realmente significativas y profundas: “Usted tiene la función de hacer los servicios internos. Por eso es bueno que permanezca en casa, por un cierto tiempo, basta que se pueda divertir con cosas artísticas, como por ejemplo, componiendo poesías, pintando o cosas de esa naturaleza”.

El no se preocupó por las dificultades financieras de la época (alrededor de 1928) e hizo de mí un huésped de fino trato. Realmente fue una actitud muy condescendiente. Yo, que esperaba servir sin medir sacrificios, al mismo tiempo que me sentí sorprendido, atónito, sentí el pecho invadido por la alegría y el vigor, por haber sido envuelto, como fui, por la cálida generosidad de Meishu sama.

Naturalmente, yo debía seguir con obediencia Sus palabras, pero en realidad, aun no tenía una fe tan bien cimentada; ni tenía vocación o capacidad para dedicarme a las Artes como pintura y poesía. No era nada fácil quedarme al tuntún, divirtiéndome; principalmente porque veía a Meishu sama empeñarse día y noche en las tareas divinas. Y, sin querer, yo terminaba apartándome hacia otra dirección, deseando dedicar, pero no lograba hacerlo perfectamente como mis compañeros.

En eso, se inició la distribución del diario de nuestra Institución, casa por casa, y yo también participé con mucho entusiasmo, saliendo todos los días. Sin embargo, por falta de perseverancia y sin conseguir buenos resultados, enseguida me desanimé y me sentí contrariado por ser tan inferior en relación a los demás. Entonces Meishu sama me habló: “Usted debe dedicar en trabajos internos”, y eso me hizo sentir aliviado.

Poco tiempo después, Él inició reuniones culturales y, como ya mencioné, fui encargado de leer y escribir.

Mi horizonte se abrió y, además de valorizar mejor mi existencia, pude sentir por primera vez, con alegría: “¡Puedo ser útil!”. Recordando, veo que Meishu sama ya sabía, desde el comienzo, que a los ojos de cualquier persona yo era un incapaz, y como mi nivel intelectual era más bajo que lo normal, había ordenado que me quedase divirtiendo hasta que llegase el tiempo justo.

Un dedicador

* JISHOI (Tiempo, lugar y circunstancia)
En los comportamientos del hombre se verifican, relacionados, los siguientes factores circunstanciales:
TIEMPO: hora, momento exacto, época, etc.
LUGAR: trabajo, hogar, desocupación, público, privado, etc.
CIRCUNSTANCIA: jerarquía, edad, sexo, nivel, capacidad, condición, función, comprensión, etc.


DEDICAR CON MAS ORGULLO Y AMOR

Cuando Meishu sama residía en Tamagawa (Tokio), yo hacía principalmente el servicio de cocina.

Al ser un verdadero aficionado al arte culinario, todo lo que preparaba era con amor y Meishu sama siempre comía de todo, diciendo: “¡Está delicioso!”. Cierta vez, sin embargo, entré en purificación y perdí el paladar; irreflexivamente, pedí a otra persona que me sustituyese.

Entonces, Meishu sama me llamó y me advirtió diciendo: “El condimento de hoy no está bien. ¿Usted prepara la comida todos los días y todavía no aprendió?. Puede pensar que cocinar para mí no es nada importante, pero ¡sí lo es!. Si nos comparamos con un navío, su dedicación sería lo esencial del navío.

Sólo puedo realizar mis grandes trabajos cuando estos pequeños servicios están bien hechos. ¡Haga su dedicación con más orgullo y amor!”. Desde entonces, por más penoso que fuese, preocupado, colocaba el condimento con mis propias manos.

Un dedicador


QUIEN GANO UNA NUEVA VIDA DEBE EMPEÑARSE EN LA CAUSA DE DIOS


En Septiembre de 1950, yo había ido a hacer difusión en el Estado de Toyama y sufrí un derrame cerebral. Mandé entonces un telegrama a Meishu sama; pidiendo Su protección.

Después que me restablecí completamente, solicité una audiencia en Atami, para agradecerle la bendición recibida. En aquella ocasión, Meishu sama me dijo: “Cuando nuestra vida es salvada por Dios, podemos vivir treinta años más”.

En aquel momento, interiormente, yo pensé: “Si cada vez que somos salvados recibimos treinta años de vida, si somos salvados dos veces significa que ganamos sesenta años de vida. Como tengo treinta y cinco años, si fuera salvado una vez más, puedo vivir tranquilamente hasta los noventa y cinco años...”.

En eso, como entreviendo ese pensamiento superficial, Meishu sama me dijo categóricamente: “Sin embargo, la vida recibida debe ser usada para la causa de Dios. No debe ser usada en favor de asuntos particulares”.

Kyokaicho (Un Dirigente del Templo)


CUANDO NOS ENTREGAMOS A NUESTRA VERDADERA VOCACIÓN, DIOS SE PONE CONTENTO


En 1944, casi en la misma época en que me hice fiel, fui mandado de vuelta a mi tierra natal, de modo que me puse contento. Para agradecer ese permiso, fui a visitar a Meishu sama, acompañado por el Dirigente de la filial. Hacía mucho que el Dirigente me incentivaba a seguir la carrera para miembro calificado, entonces comenté el asunto con Meishu sama y El me dijo: “Usted es pintor; por eso le basta trabajar en la pintura. Eso también es algo que alegra a Dios”. Desde entonces, seguí únicamente la carrera de pintor.

Un pintor

“JISHOI” (TIEMPO, LUGAR Y CIRCUNSTANCIA) ES ALGO IMPORTANTE

El Dirigente de la filial me incentivó para que me hiciera miembro calificado. Al hablar sobre eso con Meishu sama me dijo: “El ‘JISHOI’ (tiempo, lugar y circunstancia) es algo importante. Como usted es pintor, pinte buenos cuadros.” Así, yo tomé la decisión de seguir la carrera de pintor.

Un pintor

HAGA LO QUE A USTED MAS LE GUSTE


“En el caso de elegir una dedicación decía Meishu sama haga aquello que a usted más le guste. Si no trabaja en algo que le gusta no tendrá éxito. Esto es porque, que eso le guste significa que la persona está apta para ese servicio. Hasta lograr éxito, normalmente va a enfrentarse con dificultades, pero si está haciendo lo que le gusta, podrá superarlas”.

Kaicho (Presidente)

ESPÍRITU DE DIFUSIÓN


El día 1º de Abril de 1941, recibí el título de miembro calificado de la época y empecé a dedicarme exclusivamente a la difusión. En esa ocasión, hice la siguiente pregunta a Meishu sama: “¿Con qué espíritu debo realizar la difusión?”.

Meishu sama me enseñó: “Debe salvar a las personas, olvidándose de comer y de dormir. Sin embargo, nunca se olvide de los favores que le fueran prestados; pero no haga alarde de aquello que hiciere por los demás. No se olvide tampoco, de que estaré trabajando junto a usted. Basta que proceda con ese espíritu”.

Desde entonces, esas palabras se tornaron en mi directríz en el trabajo de difusión.

Un miembro calificado


COMPENETRACIÓN EN EL SERVIR ESE ES EL PERFECCIONAMIENTO CELESTIAL


En 1950, en ocasión de la persecusión religiosa, dediqué como guardia en el Hekiun So (Solar de la Nube Esmeralda), por un cierto período.

Yo era el joven intendente del Solar. En esa ocasión le dije a Meishu sama: “Nunca dediqué junto a Usted y todavía no tengo esa experiencia. Por lo tanto ¿qué preparación espiritual debo hacer a partir de ahora?”. Meishu sama, riendo, me dijo: “Aquí no hay preparación espiritual. Eso es necesario en el infierno. Aquí es el Paraíso, donde no hay necesidad de eso.”

Esas palabras me sorprendieron. Aunque estuviera en una difícil situación, Meishu sama conservaba, sin ninguna alteración, Su comportamiento normal, y Sus palabras: “Aquí es el Paraíso”, deshicieron inmediatamente mi infundado nerviosismo, y comencé a sentirme como si estuviese en las nubes. Con mucho esfuerzo, le dije: “Tengo deseos de servir en la Obra Divina y de perfeccionarme”; entonces, Meishu sama me respondió: “¡Eso no es bueno! Basta que usted se dedique al máximo, a cada momento, en lo que fuere necesario. No debe preocuparse por esto o aquello. Basta que esté a mi lado y actúe según mis órdenes”.

Entonces, contesté: “De ese modo, pareciera que no habrá ningún sufrimiento más ¿no?”; y Él me constestó: “Es así. A eso se le llama perfeccionamiento paradisíaco”.

Kyokaicho (Un Dirigente del Templo)


¿ES UNA ESTUPIDEZ HACER UN SERVICIO PARA MI?


Cierta vez, Meishu sama me dijo que fuese a Mina Hassokura, en el Estado de Miyagi, a investigar una cuestión determinada. Cuando llegué allí, busqué la empresa indicada pero el responsable de ese sector estaba ausente y me informaron que volvería aproximadamente en una semana.

Me pareció que era una estupidez quedarme a esperarlo durante una semana, hospedado en un hotel; y por eso, pensando en volver días después, regresé a Tokio.

Cuando supuse que ya era el momento de volver a Mina y me preparaba para viajar, recibí un telegrama de Meishu sama, que se encontraba en Atami y me llamaba.

Cuando llegué, me preguntó: “¿Cómo quedó aquel caso?”.

“Fui hasta la empresa pero el jefe del sector no estaba y me dijeron que volvería en una semana. Entonces pensé que era una estupidez quedarme esperando, hospedado allí. Resolví volver y luego viajar nuevamente”.

“¿Qué?, ¡Repita lo que dijo!”, dijo Meishu sama con severidad.

“Sí, Señor. El jefe del sector estaba ausente y ...”.

“Eso lo entendí. Quiero que me repita lo que dijo después”.

Sin saber qué responder, me callé.

Entonces continuó: “¿Usted considera una estupidez hacer un servicio para mí?”.

“No. Creí que era una estupidez quedarme esperando...”.

“Debía esperar cuantos días fuera necesario; usted hubiera encontrado en qué ocuparse hasta realizar la dedicación que le pedí”, dijo Meishu sama.

Supe más tarde que el jefe del sector había vuelto dos o tres días después y no una semana después, como me habían dicho. Si me hubiese quedado allí dos o tres días más, ya habría realizado la dedicación. El me amonestó severamente, diciendo: “Usted cree que son estupideces porque oye mis órdenes superficialmente”.

Poco después de este acontecimiento, otra persona que servía a Meishu sama fue, por una dedicación, hasta una empresa eléctrica. Así como había ocurrido conmigo, la persona con la cual debía hablar no estaba; entonces regresó y comunicó a Meishu sama: “Como me dijeron que no regresaría por dos o tres horas, yo volví” y Él no dijo nada.

Pensé que también sería reprendido con rigor como lo había sido yo, pero Meishu sama se quedó callado.

Un miembro calificado


MEJORAR SUS PROPIAS CONDICIONES PARA SERVIR MEJOR


Alrededor de 1947 me encontraba en dificultades por una purificación de toxina hereditaria, que apareció en mis pies. En ese momento yo estaba sirviendo en la mina de Akita, pero regresé y fui a Hakone a pedir Johrei a Meishu sama.

Justamente ese día, sería realizada la entrevista colectiva con los miembros. Además de mí, otros tres fieles, que también sufrían del mismo problema de toxinas, estaban esperando para recibir Johrei de Meishu sama. Yo sería atendido después, pero pensé: “Para transmitirme Johrei, Meishu sama tendrá que atrasar la entrevista que comenzará a las 11 hs.” y entonces decidí decirle: “Yo no estoy tan mal, por lo tanto recibiré Johrei en otra oportunidad”, y me aparté. Después, Meishu sama realizó la entrevista.

Al día siguiente, como debía volver a Akita fui a su aposento para despedirme de Él, lo saludé y le dije: “Parto en este momento”. Pero no me contestó. Yo dije nuevamente: “Me voy, hasta luego”. Entonces, Meishu sama me preguntó: “¿Usted se va así?”.
Sí dije.
¿Por qué insiste tanto en su egoísmo?.
¿Insistir en mi egoísmo?. Como no entendía lo que me estaba queriendo decir, me quedé callado. Con expresión severa me preguntó: “¿No entendió?. Entonces le voy a enseñar. ¿Al servicio de quién va a Akita?”.
Iré a Su servicio.
Y con dolor en un pie, ¿usted podrá actuar con eficiencia en su trabajo?. Sé que cree que mi servicio es importante, pero ¿puede hacerlo bien soportando el dolor?. ¿No cree que la actitud correcta es tener deseos de servir de la mejor forma posible, eliminando cuanto antes el dolor?. ¡El pie a que me refiero es su egoísmo!”.

En ese momento desperté y colocándome en una postura erguida, pues hasta entonces estaba sentado medio de lado debido al dolor, me curvé en reverencia.

Kyokaicho (Un Dirigente del Templo)


CUANTO MAYOR ES EL NÚMERO DE EXPERIENCIAS, MEJOR


El hecho que sigue sucedió en la época en que Meishu sama realizaba tratamientos en Su residencia de Tamagawa, Tokyo (alrededor de 1940).

Cierto día, le dije a Meishu sama: “Fui derrochador y también engañé a la gente. ¿Aún así puedo dedicarme exclusivamente a la Obra Divina?”. El me respondió enérgicamente: “Eso no tiene nada que ver con la fe. Por el contrario, si usted reconoce y reflexiona sobre esos errores, eso será una partícula que será sumada a su fe; hasta es mejor que tenga muchas experiencias. Trabaje por lo tanto, sin preocuparse por eso”.

Un miembro calificado


PARTÍCULA DE LUZ PARA LA HUMANIDAD


Ingresé a Kyusei Kyo porque mi hija mayor fue salvada. Para agradecerle, busqué a Meishu sama por primera vez, en su casa, en Omori. En el instante en que lo vi, me curvé inconscientemente. Desde entonces, durante una semana, recibí el Curso de Introducción, hospedado en su residencia.

Tiempo después, quedé agradecido cuando me dijo: “En aquella ocasión, usted me daba miedo”.

Y de hecho, fue con increíble seriedad, al punto de no dejarlo dormir en toda la noche, que yo le hacía una infinidad de preguntas. Y Él con mucha buena voluntad, me enseñó muchas cosas.

Así cuando terminó esa semana del Curso de Introducción, yo no podía, de ninguna manera, apartarme de Meishu sama. Abandoné todo y me entregué únicamente a la Obra Divina. Meishu sama era, realmente, una persona que atraía.

El primer paso en la Obra Divina es la distribución de diarios de nuestra Institución. Meishu sama me dijo: “El diario es una partícula de Luz, por eso distribúyalo con el pensamiento de abarcar a toda la humanidad”. Frente a esa orientación suya, nosotros, inclusive mi esposa, con una criatura en brazos y otra en el cochecito, lloviese o nevase, todos los días, salíamos a distribuir los diarios.

Un miembro calificado


QUIEN NO HACE NADA, CONTRAE MANCHAS POR OCIOSIDAD


Yo me hice mesiánica en Julio de 1940, pero al principio no transmitía mucho Johrei porque a mí no me gustaba tener contacto con enfermos.

Sin embargo, el número de personas que venía a recibir Johrei aumentaba cada día. Como venía mucha gente, cierta vez, cesé con la transmisión de Johrei, y usé la disculpa de no estar en casa; también dejé de usar el Ohikari.

Igual iba casi diariamente al encuentro de Meishu sama y oía temas interesantes. En uno de esos días, El nos explicó: “Mantenerse ocioso propicia la acumulación de manchas por ociosidad”. Entonces, le consulté si debía hacer algún tipo de negocio y oí la respuesta: “Ese tipo de cosas no sirve de nada”: y yo continué llevando mi vida de la misma forma.

Poco tiempo después, mi hija mayor, repentinamente me dijo: “¡Mamá, si no me haces el tratamiento (Johrei), yo moriré!”, y enseguida tuvo una convulsión. Yo, apurada y más que deprimida, me coloqué el Ohikari y le transmití Johrei.

Así, ella se restableció. Inmediatamente, fui hasta Meishu sama para agradecerle respecto de mi hija y Él me dijo: “Yo voy a dejar de transmitir Johrei. De aquí en más ustedes lo harán; por eso, venga aquí todos los días. Voy a enseñarle muchas cosas. Si tiene amor por sus hijos, debe tornarse mi discípula”.

Fue en esa ocasión cuando por primera vez tomé la decisión de dedicarme enteramente a transmitir Johrei.

Una Miembro calificado


DIOS UTILIZA A LAS PERSONAS EN LAS OCASIONES NECESARIAS


Durante la Segunda Guerra Mundial, yo me dedicaba a la difusión en un determinado lugar, pero como no obtenía buenos resultados, luego de sufrir mucho, pensando si debería o no volver a Tokio, fui a pedir orientación a Meishu sama. Luego de oirme en silencio, Meishu sama me dijo: “Ya que le sobra tanto tiempo, quédese tocando ‘koto’ o ‘shamissen’ (instrumentos musicales de cuerdas, típicamente japoneses). Pues, siempre que sea necesario, Dios escoge y utiliza a las personas”.

Creo que con esas palabras Meishu sama me quería enseñar que, como Dios todo lo sabe, no había necesidad de precipitarme. Cuando llegase el momento justo, yo sería utilizado por Él.

Un miembro calificado


No está permitido oponerse a lo que Dios determinó

En Agosto de 1950, una persona que decía ser Dirigente del Templo Filial vino a casa y me comunicó que Meishu sama me había mandado llamar. Así me pidió que compareciese en la entrevista colectiva del día 5. Y aquella era mi primera visita al Nikkoden (Palacio de la Luz del Sol).

Yo estaba con traje diario. De cabeza rasurada, con unos pantalones que usaba para el servicio, camisa toda manchada, de cuello rasgado y abierto y zuecos viejos, calzados sin medias.

Visto de cerca, advertí que Meishu sama era parecido al profesor Abe de la Universidad Wasseda, tal vez a causa de Sus ojos. En cuanto yo lo miré sin ceremonia alguna, pensando que aquel ojo más cerrado sería Su ojo espiritual, El fijó su mirada en mí y dijo: “Usted es diferente de las demás personas. Por eso voy a tratarlo de modo especial. Deje su servicio actual y ayude en mi servicio”.

No sé si fue por osadía o por la infelicidad de no conocer la frase “Obra Divina”, su significado y su valor, que yo respondí: “¡Me opongo!. Como puede ver, soy una persona que trabaja de gorra y con cigarro en la boca, por eso no aguanto quedarme el día entero al lado de Dios, forzado y todo ceremonioso”.

Entonces, Él me respondió en un tono severo: “Dios no es tan exigente como Usted piensa. Y una vez que Dios habló así, no está permitido negarse”.

Respondí: “¿Es verdad?. Como tengo que retribuir por el restablecimiento de mi esposa, haré lo que estuviera a mi alcance”. Y fue así como fui envuelto por la gloria de servir al lado de Meishu sama.

Las palabras de Meishu sama: “Una vez que Dios habló así, no está permitido negarse”, eran de un significado realmente importante y profundo pero, por ser yo una persona común y superficial, me costó percibir eso.

Un miembro calificado.


TODO FORMA PARTE DEL GRAN TEATRO DE DIOS


Cuando se fueron sucediendo varios problemas serios y fui a pedir perdón a Meishu sama por sentirme responsable, El me dijo: “Todo forma parte del gran teatro de Dios, por eso basta que usted permanezca como espectador. Puede haber hechos que dejen su corazón en la boca, pero después podrá comprender su significado; por lo tanto, permanezca mirando sin preocuparse” y sonrió.

Así, yo fui envuelto por una tranquilidad que me hizo sentir como si hubiese sido salvado.

Luego de eso, siempre que surgía algún problema y yo me veía implicado, preocupado y sufriendo con esas cosas, me colocaba en una posición más elevada y observaba todo con un sentimiento calmo y conciente. Desde ese punto de vista más amplio, podía comprender las razones más profundamente.

Kyokaicho (Un Dirigente del Templo)


YA ESTA PREPARADA POR DIOS


Primero de Mayo de 1950. Era día de Johrei en la filial y yo estaba transmitiéndolo a las personas que comúnmente venían esforzándose en servir. Cuando terminé de transmitirlo a la última persona, perdí el sentido.

Calculé que había estado inconciente unos dos días como máximo pero, según mi esposa, estuve inconciente quince días.

Sin que el clavo se soltase o el cordón se rompiese, un cuadro con la frase: “Gran Providencia Divina”, caligrafiado por Meishu sama, se cayó encima del tatami (esterilla de paja con que se cubre el suelo) y ese ruido me hizo despertar.

Cuando me restablecí, fui a relatar lo sucedido a Meishu sama y Él me dijo: “Usted vive en una pensión ¿no es cierto?”. Sí respondí. Y continuó: “Dios ya debe de tener una casa para que usted viva. No necesita quedarse más en una pensión, ya debe haber una casa destinada para usted. Por lo tanto, búsquela inmediatamente”.

“No tengo dinero”, le respondí. El me retrucó con semblante severo: “Si el problema es el dinero, Dios le dará un modo y se arreglará. Para usted, una pensión puede ser suficiente, pero para Dios, no”. Y añadió: “Ya es tiempo de que aparezca una donación de algún lugar”. “Eso es imposible” respondí.

Entonces, Meishu sama afirmó: “Si estoy diciendo que aparecerá es porque aparecerá. Usted debe salir cuanto antes de la pensión, pues, por parte de Dios ya está determinado que usted forme parte de la Iglesia, a la mayor brevedad posible”.

Ante esa clara convicción de Meishu sama, yo sólo podía responder: “Sí”.

Al regresar, uno de los miembros calificados me dijo: “Miembro calificado, ¿no quiere ir a ver una casa?”. El nada sabía de mi conversación con Meishu sama y por eso hallé todo extraordinario. Mientras, como ya no tenía la intención de hacer difusión en aquel lugar, ese mismo día comencé a buscar otro, a través de los anuncios de los diarios. En el tercer día hallé la casa donde estoy ahora. Sin embargo, al principio, por problemas de dinero, no pude cerrar el negocio y continué buscando casa durante un mes; recorrí decenas. Pero no encontraba una adecuada.

Al relatar el hecho a Meishu sama, El me sugirió alquilar, lo que me pareció apropiado y así procedí. Luego preparé el dinero y pude mudarme a la casa donde estamos hasta hoy.

Aún recuerdo nítida y nostálgicamente las palabras: “De parte de Dios, ya está preparada”.

Kyokaicho (Un Dirigente del Templo)


LLEVE AL CONOCIMIENTO DEL MUNDO LOS MALES Y EFECTOS COLATERALES CAUSADOS POR LOS REMEDIOS


Fui a solicitarle Johrei a Meishu sama, junto con el dirigente de mi Iglesia. Cuando Él terminó de transmitirlo al dirigente, yo me aproximé. Meishu sama hizo que yo me acercase bien, faltando poco para que nuestras rodillas se encontrasen y, primero me transmitió Johrei en la parte superior de la cabeza. En ese momento dijo: “Si llevamos al conocimiento de las personas del mundo entero los males y efectos colaterales causados por los remedios, el mundo será salvado, ¿sabe?. La salvación de la humanidad depende únicamente de eso”.

Yo ya había recibido esa Enseñanza muchas y muchas veces al leer sus textos o al oír sus conversaciones, pero aquellas palabras quedaron grabadas en el fondo de mi alma, causándome una profunda impresión.

Luego de hacer difusión en Hawai, me mudé al continente y, a medida que iba conociendo gradualmente la situación del pueblo americano, fui entendiendo que aquellas palabras que oyera de Meishu sama poco antes de partir a los Estados Unidos, tenían un significado aún más profundo de lo que podía captar en el momento en que las había oído.

Un miembro calificado


HABRÁ PROGRESO, PUES EL MUNDO ESPIRITUAL CAMBIÓ


En Agosto de 1942, por orden de Meishu sama, yo salí de Tokio para hacer difusión en Hagi, en el Estado de Yamaguchi. Partí rumbo a aquel destino, llevando en el pecho estas palabras de Meishu sama: “Usted es la quinta persona que hará difusión en Hagi. Hagi es un lugar adonde Dios precisa ir. Usted irá allá como guardián de Dios y por eso no hay por qué preocuparse”.

Pero, pasado un año, aún no había conseguido formar miembro alguno. Como creía que de ese modo ya estaba todo perdido, volví a Tokio, además porque quería realizar el Oficio Religioso de Antepasados para mi esposa.

No puedo olvidarlo. El día 12 de Agosto de 1943 fui directamente al Hozan So (Solar de la Montaña Preciosa), antes de pasar por la casa de mis padres. Meishu sama, al verme, dijo: “¡Qué bien que lo veo!. Ya no hay más problema”; y agregó: “Ayer de mañana, yo escribí en el aire con el dedo: Hiramoto, venga”.

Cuando le hablé acerca de los problemas de difusión, Él me dijo: “No hay de qué preocuparse. Como el momento actual es muy serio, vuelva a Hagi y lleve consigo cien Ohikaris”.

La primera vez yo ya había llevado trescientos Ohikaris, pero no había logrado otorgar ninguno. Meishu sama me habló: “El Mundo Espiritual cambió; por eso, de aquí en adelante habrá gran progreso”, pero yo aún tenía mis dudas. Sin embargo, cuando volví a Hagi, una señora me buscó. Desde hacía tres años, ella no podía llevar las manos hacia atrás. Transmitiéndole Johrei, se curó; sólo con ese único Johrei, se tornó la primera fiel. Cuando, con alegría, le comuniqué ese hecho a Meishu sama, Él dijo: “A usted en nada le ayuda alegrarse así, pues eso es sólo un prototipo”; y agregó: “Hagi es tierra de afinidad. Por eso es un lugar en donde sólo los ‘bobos’ que no son bobos consiguen quedarse; ciertamente, de aquí en más, habrá gran progreso”. Conforme Sus palabras, en poco tiempo pude otorgar los cuatrocientos Ohikaris y, desde entonces, la difusión fue prosperando.

Un miembro calificado


NO ME GUSTAN LAS IMPERTINENCIAS


En ocasión de una entrevista colectiva, al observar que un miembro calificado estaba relatando insistente y prolongadamente el problema de su difusión, diciendo que se había producido una desavenencia entre compañeros, Meishu sama lo interrumpió con las siguientes palabras: “No me gustan las impertinencias” y advirtió serenamente: “¡Todos tienen un pensamiento muy estrecho!. ¿Qué tiene que ver ese hecho con la salvación de la humanidad?”. Y continuó: “De esa manera será preciso formar un departamento policial”.

Fue un juicio realmente ingenioso, claro y preciso. Todos lanzaron una carcajada y el asunto fue cerrado.

La persona siguiente fue una señora de edad, que vestía un traje extravagante y que hablaba de una forma aún más impertinente: “Yo soy la dueña del restaurante de anguilas, sabe... . En nuestro restaurante estábamos venerando a un dios dragón...”; y también, a veces, colocaba el prefijo de respeto para hablar de su propio marido, lo que, por sentido común, es algo ridículo. Y eso dejó a los demás miembros calificados un tanto inquietos.

Sin embargo, Meishu sama, tranquilo y con una sonrisa en los labios, la oyó hasta el fin. Sus respuestas eran claras, comprensibles y muy corteses. En aquel entonces, hallé un tanto extraña la actitud con respecto de la que tuvo con la persona anterior, pero, días después, pude comprender con renovada emoción, que aquellos eran ejemplos de orientación dados de acuerdo con las diferentes personas.

Un miembro calificado


ES SOLO HACER QUE LOS DOS SE CASEN


Durante la Segunda Guerra Mundial, estaba yo refugiado en una ciudad del Estado de Gunma. En aquella época, en la Casa de Difusión de Maehashi, había dos miembros calificados, pero uno vivía controlando lo que el otro hacía.

Eran un hombre y una mujer. Por eso, naturalmente, entre los fieles, no sucedían cosas muy agradables. Como yo conocía esos hechos, cuando me encontré con Meishu sama, hablé sobre el caso y le pregunté qué debía hacer. Y Meishu sama me respondió con toda simplicidad: “Sólo hay que hacer que los dos se casen”. Yo quedé admirado con su respuesta pero, más tarde, ellos se casaron.

Desde entonces se llevaron muy bien, incluso con los fieles.

Un miembro calificado


LLENE EL VACÍO


En Abril de 1954, Meishu sama y Nidai sama vinieron juntos a nuestra filial. Ésta estaba recién construida y tenía el formato de un corchete. Meishu sama nos orientó diciendo que deberíamos llenar el hueco que quedaba entre las dos paredes, y agregó: “Llenándolo, todo irá mejor”.

Llamamos luego al carpintero y lo consultamos acerca de la reforma. Entonces, el nos dijo: “Podrían haberme hablado al comienzo. Es difícil hacer eso después de terminada la construcción. Habrá problemas de goteras”.

Aún así, con esfuerzo, logramos llenar aquel espacio y fue concluida la actual filial. Y, desde entonces, conforme las palabras de Meishu sama, felizmente, ella tuvo gran expansión. Como yo oyera hablar de que era bueno plantar un pino macho y otro hembra en el jardín, vueltos hacia el Nordeste, así lo había hecho. Aquel día, viendo aquello, Meishu sama nos orientó: “Es bueno plantar también ciruelo y bambú, y formar con ellos un trío”. Así lo hicimos. Aunque el jardín aún no estaba listo, Meishu sama entró en el con zapatos apropiados y tijera en mano para podar algunas plantas. Su figura aún permanece viva delante de mis ojos.

Kyokaicho (Un Dirigente del Templo)


DE AQUÍ EN MÁS CRECERÁ EN PROGRESIÓN GEOMÉTRICA


En 1940, cuando la Insititución enfrentaba aún situaciones adversas, algunas personas y yo invitamos a Meishu sama a un almuerzo en el restaurante GajoEn, en Meguro. En aquella ocasión, Meishu sama nos dijo: “De aquí en más, la Institución crecerá en progresión geométrica. Surgirá gran número de discípulos nietos y discípulos bisnietos, ¿saben?”. Aquellas palabras nos dieron un gran coraje.

Kyokaicho (Un Dirigente del Templo)


ES BUENO QUE APAREZCAN IMITACIONES


El siguiente hecho ocurrió cuando nuestro diario “Hikari”, después de ser “Kyusei”, pasó a ser denominado “Eiko”. Creo que fue alrededor de 1950, cuando pregunté a Meishu sama: “En el caso de que el nombre Eiko sea usado por las personas en general en productos buenos, como por ejemplo lapiceras, dulces, etc., creo que no habrá problema, pero si fuese usado en productos extraños y de mala calidad, podrá causar hasta trastornos a los fieles. Por lo tanto, ¿qué opina acerca de patentarlo?”.

Meishu sama, riendo, me respondió: “Ese es el pensamiento de la persona común. Es bueno que ese nombre sea usado ampliamente. Esa es una prueba de que nuestra Institución está creciendo. Siendo así, es bueno que aparezcan imitaciones”. Y continuando, dijo:“¡Imagine si puede haber personas que, escudadas en Dios, lucren con artículos de mala calidad!. No hay razón para que alguien que fabrica y vende artículos de mala calidad comience a prosperar y, aún más, causar incomodidades a los fieles”.

Kyokaicho (Un Dirigente del Templo)

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