Espíritu de servicio

ANTES DE HABLAR DE LOS OTROS, MIRE HACIA SI MISMO

Ciertas personas suelen ver a las otras con mirada aguzada y hacer críticas a su respecto.

Cuando personas así hacían comentarios sobre los otros con Meishu sama, Él enseguida decía: “Eso no le concierne. Usted debe preocuparse por sí mismo”; y preguntaba: “Y usted ¿es perfecto?”. Muchas veces vi personas que quedaron totalmente desarmadas por estas reprimendas.

Kaicho (Presidente)


NO DE OIDOS A HABLADURIAS


Cierta vez comenzó una charla en la habitación contigua a aquélla en la que Meishu sama se encontraba.

Yo estaba en el mismo aposento que Él y percibí que el tono de las voces desde el otro lado iba aumentando tanto, que lo que hablaban se tornó perfectamente audible para nosotros. Lo peor era que el asunto versaba acerca del propio Meishu sama.

Era una discusión de este tenor: “El es sabio”, lo que me llevó a ponerme inquieto y trémulo de miedo. Sin embargo, Meishu sama permaneció totalmente ajeno a tales comentarios. Recuerdo que me conmovió profundamente aquel modo suyo de actuar, al mantenerse compenetrado en lo que estaba haciendo, en perfecta conformidad con Su Enseñanza, que dice: “No dé oídos a habladurías”.

Kaicho (Presidente)


SI LO TOMARAN POR BOBO, HAGASE EL BOBO


No es que me juzgase experto, pero fueron sucediendo tantas cosas que, aburrido, dije a Meishu sama: “¡Me están tomando por bobo!”; a lo que Él respondió: “¡Si lo tomaran por bobo, hágase el bobo! Míreme a mí, por ejemplo”.

Un miembro calificado


NO SE DEJE INFLUIR POR LOS ELOGIOS NI POR LA CRITICA MORDAZ


En aquella época yo aún era inmaduro, física y espiritualmente, por eso procuraba acatar, con obediencia, todo lo que Meishu sama decía, e intentaba a mi manera esforzarme para no cometer fallas.

Cierto día, Meishu sama me dijo: “Para que una persona se convierta en un personaje universal, no debe dejarse influir por los elogios ni por la crítica mordaz”.

Guardo aquellas palabras con mucho cariño en mi corazón, las considero directamente dirigidas a mí, que tan fácilmente era influido por los juicios de la sociedad y por las opiniones de los otros.

Ahora, cuando sucede algo en ese sentido, recuerdo inmediatamente aquellas palabras suyas y tengo cuidado de no envanecerme cuando soy elogiado y no dejarme abatir cuando soy criticado.

Kyokaicho (Un Dirigente del Templo)


NO SE VANAGLORIE


Cuando nosotros, servidores, pensando que habíamos hecho alguna cosa muy buena, decíamos a Meishu sama: “Meishu sama, esta vez logramos hacer tal cosa”; Él respondía: “Fue Dios quien lo hizo”; y nosotros nos quedábamos desilusionados". Pero, cuando uno de nosotros estaba preocupado, solitario, pensando: “No sé cómo proceder respecto de algo que hice”, y resolvía pedir orientación, recibía palabras llenas de amor: “Es Dios quien está haciendo eso. ¡No se preocupe!”.

Así, cuando nos sentíamos orgullosos, Meishu sama nos reprimía inmediatamente, y cuando estábamos decepcionados, en vez de llamar nuestra atención, nos orientaba de modo de no dejar que nos sintiésemos personas sin importancia.

Kyokaicho (Un Dirigente del Templo)


USTED SERA OBSERVADO DE LA CABEZA A LOS PIES


El siguiente hecho sucedió en la Sede Provisoria, en el barrio de Shimizu, en Atami, alrededor de Mayo de 1949. En aquella época, la Iglesia de mi responsabilidad estaba prosperando mucho y, con certeza, inconscientemente, yo era presuntuoso y lo demostraba hasta en mis actitudes.

Cuando tuve discusiones con el dirigente del Templo Filial a causa de un problema sentimental, Meishu sama me mandó llamar: “Sea como fuere, venga aquí”. Así, fui hasta la Sede y permanecí aguardándolo en la sala de espera. Minutos después, El apareció y me dijo: “Cuando el ser humano va asumiendo posiciones de importancia, es observado de la cabeza a los pies; por eso, es preciso observar el máximo de cuidado”.

Yo no imaginaba estar con aires imponentes o presuntuosos, pero infelizmente había una extraña susceptibilidad manifestándose en mi relación con los demás miembros calificados y eso manifestaba que inadvertidamente estaba actuando con presunción.

Al pensar que por ese motivo, Dios me había llamado y me había enseñado cómo seguir el camino hacia el futuro, quedé tan agradecido que llegué al punto de llorar y, desde el fondo del corazón, me agaché en reverencia diciendo: “¡Muchas gracias!”.

“No hay qué agradecer. ¡Esfuércese mucho!”. Después de hablar así, Meishu sama se retiró.

Pero, a medida que el tiempo pasa, siento cada vez más fuertemente la compasión y el amor de Meishu sama manifestándose en aquella ocasión.

Kyokaicho (Un Dirigente del Templo)


IBA A LAS ENTREVISTAS CON DELANTAL


Cuando yo iba a participar de las entrevistas colectivas con Meishu sama, siempre llevaba el delantal sobre el kimono.

Parece que las personas se extrañaban mucho de esta actitud mía. Un día un fiel me preguntó: “Sacarse el delantal para ir al encuentro de una persona importante es algo comprensible pero Usted, ¿por qué se coloca el delantal cuando va a ver a Meishu sama?”. Entonces le respondí: “Yo puedo ser miembro calificado para ustedes, pero para Meishu sama no soy más que un muchacho o un aprendiz. Intento no olvidar ese espíritu. El hecho de presentarme de delantal delante de Él es una manifestación de ese sentimiento mío”.

En el verano de 1942, a causa de una crítica a los medicamentos, estuve detenido durante una semana. En ese período, pasé por terribles interrogatorios. Consta que, en esa ocasión, Meishu sama dijo: “Creo que ni siquiera Shibui soportará los interrogatorios”, cita que oí de una persona tiempo después.

Sin embargo, yo aguanté firme, cerrando los dientes, y no mencioné ni siquiera la “M” de Meishu sama. Por Meishu sama yo podría hasta morir ése era mi verdadero sentimiento.

Kyokaicho (Un Dirigente del Templo)


INFUNDIR EN LA PERSONA LA CONFIANZA DE QUE SERA SALVADA


Yo soy bonzo. En el contacto con los bonzos, las personas se colocan en posición inferior. Aunque no las estemos despreciando, ellas presumen que estamos haciéndolo. En todas las entrevistas, Meishu sama me decía riendo: “Su apellido (Takato) se escribe con letras que significan cabeza alta, ¿no?”.

Al principio yo no entendía por qué Él me decía lo mismo tantas veces, pero, al pasar el tiempo, lo fui comprendiendo. Era porque en el contacto con Meishu sama yo no sabía saludarlo y me comportaba como si me hubiese encontrado con un amigo.

Así, Él me estaba reprendiendo ocultamente. Meishu sama solía decir: “De acuerdo con la persona, hay que cambiar de actitud, también los trajes son importantes”. Yo pensaba que estaba haciendo todo bien, pero Él me dijo: “Es preciso hacer que las personas, al verlo, puedan sentir, esta persona me puede salvar”.

Kyokaicho (Un Dirigente del Templo)


DEJE DE USAR PALABRAS QUE PUEDAN DAR IDEA DE MENOSPRECIO


Meishu sama daba gran importancia al modo de hablar. Hay personas que, frecuentemente, ponen sus dedicaciones en un plano secundario y usan expresiones despreciativas al referirse a ellas.

Por ejemplo: “Ya que estoy desocupado, voy a transmitir Johrei”. Meishu sama siempre advertía acerca de esta forma de hablar, diciendo “Está haciendo poco caso a Dios”. Tiempo atrás, supe que un miembro calificado dijo a Meishu sama: “Como hoy es domingo, traje una persona nueva”, y que después, aquel miembro calificado fue severamente reprendido por El: “¿Qué quiso usted decir con, como hoy es domingo?. Ese es un modo cruel de atormentar a Dios”.

Cierta vez, cuando Meishu sama expuso sus obras de arte en una exposición en Tokio, dijo “Había olvidado completamente que tenía una obra como ésta”. Entonces le pregunté: “¿Es porque usted posee muchas piezas?”, a lo que Él inmediatamente respondió: “No es por tener muchas que olvido. Sólo porque la obra no es de gran valor. Por mayor cantidad que yo haya coleccionado, si la pieza fuese de buena calidad, jamás me olvidaré de ella”.

Un dedicador


A LOS MIEMBROS CALIFICADOS, LES HACIA LA ADVERTENCIA QUE LES CABIA


No recuerdo la fecha, pero cierta vez se me cayó el Ohikari. Lo coloqué bajo la camisa, sin pasar el cordón por el cuello y salí. Cuando volví a casa, al quitarme la camisa, cayó en el suelo.

Fui a la Iglesia, le pregunté al miembro calificado cómo debía proceder y él me dijo: “Solicite a Meishu sama la reconsagración”. Así fui conducido a Su presencia y vi que mi Ohikari estaba a Su lado sobre la mesa.

Asustado permanecí todo encogido. Como se veía, además de mí, otro fiel le solicitaba reconsagración. “¿De quién es éste?”, preguntó Meishu sama. Yo permanecí encogido y cabizbajo. Entonces El tomó mi Ohikari y lo llevó a la altura de su rostro. Luego de concentrarse cerca de un minuto lo sopló, así estaba terminada la reconsagración. Yo me sentí aliviado y recibí respetuosamente el Ohikari.

Enseguida preguntó: “Y éste ¿de quién es?”. La otra persona presente (que tenía el grado de miembro calificado) en voz baja respondió: “Es mío”. Entonces, Meishu sama llamó su atención con severidad: “¿Qué es esto?. ¡Una persona que está en posición tan elevada...!”. Yo sentía como si también estuviese siendo advertido y por eso iba encogiendo mi cuello. Sentí realmente temor. “¡Cómo es de riguroso!”. pensé. Más tarde estuve pensando en el por qué de no haber sido reprendido.

Llegué a la conclusión de que tal vez fuese porque Meishu sama sabía que yo era un fiel aún nuevo. Después de ese acontecimiento, tomé el máximo de cuidado en el uso del Ohikari.

Un pintor


ACERTAR EL PUNTO VITAL DE LA RESPUESTA A SER DADA


Todos saben que Meishu sama solía afirmar: “En todo, lo importante es el punto vital. Aún en el caso del Johrei, si lo transmitimos en el punto vital, la persona enseguida se restablece. También en lo referente a las palabras, para conseguir expresar la esencia, una única palabra será suficiente”.

Estando al lado de Meishu sama y al oir siempre sus palabras, constaté que manifestaba con una sola palabra, de forma aguzada y certera, la esencia o el núcleo de la cuestión, basada en la realidad, siempre acompañada por la práctica.

En cierta ocasión, Meishu sama estaba caligrafiando y me preguntó: “¿Salieron ya casi todos los Ohikaris caligrafiados la vez pasada?”, a lo que yo respondí: “Aún sobran algunos”. Entonces El me dijo: “Diga ya salieron casi todos y no, aún sobran algunos”. Tuve un sobresalto al oir aquellas palabras y aprendí. Eso se refiere al punto vital de la respuesta a ser dada.

Un dedicador


HABLAR SOLO LO NECESARIO DE FORMA CONCISA


Cierta vez recibí una advertencia severa cuando un Dirigente del Templo telefoneó solicitando Johrei de Meishu sama. Yo transmití el pedido de la siguiente forma: “Meishu sama, tal señor, de tal Iglesia, telefoneó...”, pensando que había hecho el comunicado basado en el sentido común y en forma cortés. Pero, cuando terminé de hablar, como si hubiese estado esperando que yo terminase, Él me enseñó: “‘Meishu sama, tal señor telefoneó pidiendo Johrei. Sólo eso es suficiente. No soy persona que disponga de mucho tiempo. Por eso basta decir sólo lo que importa, lo más concisamente posible”.

Un dedicador


BUSCABA SIEMPRE LO MEJOR


Cierta vez, la comida servida a Meishu sama en el Restaurante Choutei, en Marunouchi, en Tokio (su cocinero era mesiánico), no estaba sabrosa y fui llamado por Él.

“¿Cuál era el precio de aquel plato?”.
“Tanto...”.
“¿Dio propina?”.
“Sì”.
“La propina debe ser dada a la persona que atiende el punto vital”.
“¿Cuál persona sería el punto?”.
“Aquí, en Choutei, es su cocinero”.

A esa altura, el diálogo se convirtió en advertencia severa: “Cuando se convida a una persona, es preciso tener cuidado”.

Un miembro calificado


LA PERSONA DEBE ESTAR SIEMPRE ATENTA PARA REACCIONAR INMEDIATAMENTE


Cierto día, por descuido, di una respuesta sin relaciòn con la pregunta de Meishu sama y me advirtió diciendo: “Su cabeza no está funcionando bien. Debe procurar estar siempre atento, a fin de poder anticipar lo que estoy pensando. Después que entendí las cosas Divinas, mi cabeza quedó realmente aguzada”.

En otra ocasión, Él dijo: “Actualmente las personas son distraídas. Pocos son los que, como edokos (nacidos en Tokio), reaccionan inmediatamente”. Y preguntó a las servidoras del Museo: “Entre ustedes, ¿hay alguien natural de Edo (Tokio)?”.

En ocasiones anteriores, durante las entrevistas, Meishu sama nos enseñó: “Es preciso tener la perspicacia de observar a las personas desde el punto de vista de un ladrón de carteras”.

En relación a este punto, siento que nuestra situación actual aún deja mucho que desear.

Un dedicador del Museo de Arte


ESTABA INFORMADO DE TODO, AUN FINGIENDO QUE NO SABIA


Medio año después que pasé a servir en la Obra Divina, el Sr. M., reponsable de los servidores, se fue y yo lo sucedí. El Sr. M. hacía los servicios internos generales y de contabilidad, por lo que era depositario de la confianza de los fieles.

Luego que él se fue, Meishu sama me dijo: “El debe de haber gastado mucho, por eso verifique”. Al examinar constaté que el libro de contabilidad estaba en total desorden y que ese señor, desviando una elevada suma de dinero, había producido un gran perjuicio en las finanzas. Él era realmente un “ratón” que había gastado casi todo en bebidas y mujeres.

Nadie había percibido que tal fraude estaba ocurriendo, salvo Meishu sama, del cual todos pensaban que nada sabía porque dejaba todo en manos de sus subalternos, y que era informado por ellos de lo que sucedía.

Y, en esa época, a pesar de la situación financiera nada favorable, sin castigar al muchacho que había gastado tanto y, fingiendo no saber nada, lo trataba como a los demás. Por aquel hecho, vi en qué medida Meishu sama era un ser realmente insondable.

Un dedicador


SI ESTÁ VACILANDO, SIGNIFICA QUE ESTÁ EN SU PUNTO


Cierta vez, Meishu sama se expresó de un modo muy interesante. Creo que fue en 1948. Recuerdo que en un diálogo con el reportero de una revista, Meishu sama dijo: “El sentimiento del ser humano es como un péndulo. Se mueve de izquierda a derecha y viceversa, incesantemente. Intenta moderarse pero no lo consigue. En mi caso también él se mueve hacia la derecha y hacia la izquierda, pero sólo un poco, que es lo ideal. Su movimiento es constante y continuo, y ésa es una Verdad”.

No recuerdo exactamente cuándo, pero una persona fue designada para servir té a Meishu sama, quien, al tomarlo, dijo: “¡Esto está caliente!”. Apresuradamente, esa persona trajo otro té, y esta vez, tal vez por exceso de cuidado, trajo un té tibio, por lo que fue llamada su atención severamente: “Este está demasiado tibio. De esta manera el té es horrible”.

Esta persona, entonces, hizo el té por tercera vez con mucho cuidado. Temerosa por la forma en que sería reprendida si el té no estuviese bien aquella vez y preocupada por su temperatura, al llegar a la puerta, titubeó para servirlo.

Le parecía que el té estaba caliente y al mismo tiempo tibio. Meishu sama, al verla sin saber qué hacer, dijo: “Si usted está vacilando es porque está en el punto justo. Tráigalo”. Tomó y satisfecho, dijo: “Está bueno, no se olvide de este punto, ¿sí?”. Después dijo riendo: “Parece que las personas no entienden el sentido de esta frase: "Si está vacilando significa que está en su punto". Cuando la persona tiende siempre hacia uno de los lados, eso se torna un hábito y cuando no pende, no se da por satisfecho.

Lo mismo sucede con el sabor de la comida. Si yo la encuentro muy salada y llamo la atención, la siguiente vez, infaliblemente, viene sosa. Por eso, tengo hasta recelo de hacer advertencias. Al final, ¿qué tienen las personas en la cabeza?”.

Aquél que percibe rápidamente que cuando está vacilando es porque encontró el punto justo, se dice “Izunome” y aquél que solamente persiste en la duda, no pasa de ser una persona común.

Kaicho (Presidente)


ENTRE EN EL RITMO DEL SIGLO XXI


En la época inicial, luego de la inauguración del Museo de Bellas Artes de Hakone, los servicios eran muchos, pero Meishu sama iba ordenando todo en forma rápida.

Pero nosotros, cuántas y cuántas veces nos quedábamos atrás, sin saber qué hacer.

Cierto día en que yo me demoré en entregar un testimonio, Meishu sama me advirtió con severidad diciendo: “Seaki Kyusei Kyo es del Siglo XXI, pero usted aún es de la Era Momoyama (1573 a 1600). ¡Toma tiempo con un simple informe, que puede hacer en sólo uno o dos minutos!”.

Un dedicador del Museo de Arte


EL INFORME TAMBIÉN FORMA PARTE DE LA OBRA DIVINA


El siguiente hecho sucedió cierto día en que Meishu sama ya iba a comenzar la actividad de caligrafiar a pincel. Determinó que cada día alguien le comunicara el número de Ohikaris y de Imágenes de la Luz Divina que precisaba caligrafiar, haciendo la cita respectiva.

Generalmente estaba definido con antelación quién haría la comunicación. Pero, justo en aquel día, cuando Meishu sama entró en la sala y acabábamos de saludarlo, repentinamente, la radio sufrió una interferencia. La persona encargada del informe fue a ajustar la radio y dejó de hacer la comunicación. Meishu sama colocó el pincel en la vasija de tinta y tomó posición para escribir pero, como no recibiera ninguna comunicación, permaneció parado esperando. Como, ni siquiera así, nadie le hacía el informe, Él nos llamó la atención diciendo: “¿Qué sucede?. ¿Qué voy a escribir?”.

La persona encargada del informe comenzó diciendo: “Discúlpeme Señor, pero como no lograba quitar la interferencia de la radio...”. Antes de que terminase de hablar, Meishu sama lo amonestó severamente diciendo: “Yo estoy preguntando qué voy a escribir. ¿Qué pretende usted dejando de lado lo que es importante y haciéndome esperar?. Si ése es su pensamiento no puedo dejar que me ayude aquí. ¡A partir de mañana usted no podrá hacer más esta dedicación!”.

Tampoco dejó que nos escapáramos nosotros, que estábamos allí al costado, y nos preguntó en forma rigurosa: “¿Y ustedes, por qué permanecen allí callados, mirando?”.

Una de las personas no sabía cómo hacer el informe y fue perdonada. Yo lo conocía pero, como era novato en aquella dedicación, él debió de haber tenido eso en consideración y no usó tanta severidad.

Entonces, durante aproximadamente veinte minutos, en forma seria y persuasiva, Meishu sama nos orientó, diciendo entre otras cosas: “Ustedes necesitan aprender a conversar con cualquier persona, pues de lo contrario no podrán ser llamados hombres modernos; finalmente el hombre que no sabe hablar, no es activo y no progresa”. También dijo:“Los fieles de Seaki Kyusei Kyo deben saber todo de un modo general y también tener su propia opinión”; y agregó: “Dejar de hacer el informe significa no darle importancia al servir”.

Así, en aquel día, el servicio permaneció interrumpido y Meishu sama acabó yéndose. La persona que cometió una falta en el informe y fue advertida, no fue perdonada por haber perturbado a la Obra Divina y por alrededor de cincuenta días no pudo dedicar en nada ligado a la caligrafía.

Un dedicador


HAGA SU INFORME DE ACUERDO CON LA REALIDAD


Al comienzo de mi dedicación en Hagi, en el Estado de Yamaguchi, por ser inexperto aún no había conseguido ni un fiel. Igualmente, Meishu sama me pidió el informe. Por lo que le dije: “Aún no conseguí ningún miembro”. El me retrucó: “Lo haya conseguido o no, una vez que usted fue hacia allá como mi representante, por lo menos informe que no lo consiguió”.

Así continué durante un año haciendo constar en el informe que no había logrado ningún miembro. Pasado un año completo, comuniqué a Meishu sama: “Ya hace un año que estoy sirviendo en Hagi, por lo que creo que no hay esperanza”. Entonces, Él me reprendió: “Usted habla como si fuese Dios pero, ¿quién le dijo eso?. Durante un año usted me envió, sin falta, los informes, aún para relatarme que no había logrado miembros. Aquello fue determinado por Dios para probarlo.

Por lo tanto, esta vez, cuando vuelva allá, comenzará un progreso incalculable. Es ahora cuando la cosa comenzará”. Al oir esas palabras, me estremecí, así Hagi comenzó a crecer realmente luego de que oí aquellas palabras de Meishu sama.

Kyokaicho (Un Dirigente del Templo)


¿POR QUE NO VINO A COMUNICÁRMELO ENSEGUIDA?


Cierto día, Meishu sama me pidió que telefoneara a un comerciante en arte respecto de un cuadro famoso de China. Como ya era muy tarde y Meishu sama estaba realizando un trabajo para la Obra Divina, pedí a otra persona que le transmitiera el resultado del telefonema y me fui a dormir.

Enseguida me avisaron que Meishu sama me llamaba. Recibí un gran reto: “¿Por qué no vino inmediatamente a comunicarme el resultado de aquel telefonema?. Me quedé a la espera pensando: en seguida vendrá, en seguida vendrá; pero, como no aparecía, pedí que lo llamasen...”.

Poco tiempo después de que todos los partipantes de la entrevista pasaran a recibir Johrei colectivo de Meishu sama, dijo: “Ya hace algún tiempo que estoy transmitiendo Johrei. Aún no veo ninguna experiencia de gracias alcanzadas”.

A través de esos hechos comprendí profundamente que si el informe es algo muy importante para la relación humana, en la relación con Dios es aún más importante.

Un dedicador


PRESTE ATENCION A LAS PEQUEÑAS COSAS


Cierto día, Meishu sama nos enseñó lo siguiente: “La mayoría de las personas cree que tener fe es orar a Dios, hacerle pedidos y otras cosas de este género. Pero eso viene en segundo plano. En primer lugar está lograr percibir las pequeñas cosas. Dice un proverbio que un gran dique se rompe a partir del agujero hecho por una hormiga. De la misma forma, si no logramos hacer las pequeñas cosas, tampoco lograremos hacer las grandes. Inevitablemente, un día será destruida. Dios es realmente minucioso. Y eso lo percibimos viendo las comprobaciones recibidas ¿no?. Como recibimos las gracias hasta en las cosas realmente pequeñas, en cuanto no prestamos atención a las pequeñas cosas, estaremos reprobados en la fe. Las enseñanzas de la religión Omoto dicen: En primer lugar está el prestar la máxima atención. De aquéllos que no prestan atención a los pormenores, se dice que son ignorantes en relación a Dios”.

Por eso, si por descuido cometemos alguna omisión, “terminaremos reprobados en el examen de Dios”.

Un dedicador


REALIZÓ LA ENTREVISTA COLECTIVA SOPORTANDO UN DOLOR MUY FUERTE


El siguiente hecho ocurrió en una entrevista en la Sede Provisoria del barrio de Shimizu, en Atami, creo que alrededor de 1950. En esa ocasión, luego de terminada la entrevista con los miembros, tras retornar a su aposento, Meishu sama comenzó a transmitirse a sí mismo Johrei con una expresión de sufrimiento a causa del dolor en un diente.

Estaba determinado que luego de la entrevista yo debería saludarlo y por eso pude presenciar aquella escena. Durante la entrevista con los fieles, Meishu sama sintió dolores, pero ante los demás nada demostró, pues los soportó impasible. En aquel momento sentí que Él soportaba el dolor por no querer violentar a los presentes y recuerdo que recibí una silenciosa Enseñanza con su actitud.

Un dedicador


CONTROLE RIGUROSAMENTE LA HUMEDAD DEL AIRE DEL MUSEO DE ARTE


La humedad del aire es de extrema importancia en relación con las obras de arte, por eso nosotros, los servidores del Museo de Arte, diariamente, por la mañana y por la noche, medíamos la humedad del recinto con fines estadísticos.

Cierto día, Meishu sama vino al Museo y preguntó: “¿Cuál es la humedad del aire en este momento?”. Como hacía aproximadamente una hora que yo había mirado el medidor, le respondí: “Es de setenta y tantos por ciento”. El dijo: “Está equivocado”. Entonces, fui a verificar nuevamente y de hecho había una diferencia de tres a cinco por ciento. En la humedad del aire, una diferencia tan pequeña es difícil de ser percibida, pero Meishu sama sabía exactamente que yo estaba equivocado. En ese momento pensé: “La sensibilidad de Meishu sama es muy aguda”.

Sin embargo era más que eso: sólo ahora veo cuánto se preocupaba Meishu sama por la influencia de la humedad en las obras de arte.

Un dedicador del Museo de Arte


TENIA CUIDADO HASTA EN EL MODO DE DISPONER LAS CHINELAS


Cuando estaba previsto que en el día siguiente alguna persona famosa visitara el Museo, Meishu sama iba personalmente a exponer las obras que podrían agradarle, usando cuidados especiales.

Principalmente en la época de inauguración, como todos nosotros eramos legos, seguíamos rigurosamente las instrucciones de Meishu sama.

Él prestaba atención hasta a las pequeñas cosas, tales como la forma de abrir la cortina, etc. Meishu sama nos enseñaba con mucho empeño diciendo: “La cortina debe quedar cerrada así, haciendo una curva, de modo que parezca deslizarse naturalmente”. Lo mismo sucedía con el modo de disponer las chinelas (en Japón, es costumbre quitarse los zapatos para entrar en chinelas en las casas y otros recintos en general), para atender a los visitantes.

Él no olvidaba ni siquiera las cosas más insignificantes.

Un dedicador del Museo de Arte


LA IMPORTANCIA DE ESTAR SIEMPRE ATENTO Y CUIDADOSO


Lo siguiente sucedió cuando yo estaba dedicando en el Museo de Arte de Hakone. Para ir al servicio, descendía por el camino que pasa tras la casa de Hagi en dirección al zaguán de descanso del Museo y, en aquel momento, Meishu sama, con paraguas en mano y en compañía de Nidai sama y de su tía, también estaba descendiendo, apreciando el hagi (trébol).

Como fue un acontecimiento inesperado, apenas bajé la cabeza en reverencia, Él me preguntó: “¿Está abierto el zaguán de descanso?”. A aquella hora ya estaba cerrado, pero como yo tenía las llaves, le respondí: “Un momento” y abrí la puerta.

En el zaguán, Meishu sama contemplaba desde la ventana el Jardín de los Musgos, que desaparecía entre la niebla de la lluvia. Yo, pensando que a través del vidrio Él no podría ver muy bien el jardín, a causa de la neblina, hice ademán de abrir la ventana. Entonces, Meishu sama me miró y preguntó: ¿Qué está por hacer?.

Yo apenas le dije: ¡Voy a abrir la ventana!.
¿Por qué va a abrirla?.
Pensé que, al abrir la ventana, el señor podría apreciar mejor el jardín.
Así la neblina va a entrar, ¿no es cierto?.

Con estas simples palabras me sentí severamente advertido. Luego, Meishu sama estuvo andando entre las sillas del salón y, al ver una capa de lluvia sobre una de las sillas, preguntó en voz alta: “¿Quién colocó aquí esta capa?”, “Fui yo”, le dije cabizbajo y Él dijo: “Una silla sirve para sentarse, no para colocar eso”. De hecho tenía toda la razón. Más que de prisa, retiré de allí la capa y nuevamente vino otra advertencia: “¿Quién colocó el paraguas aquí?. El lugar del paraguas es en el paragüero”. Aquel era mi paraguas. Cuando Meishu sama estaba de pie ante la ventana, yo lo había soltado para abrir la ventana y eso llamó su atención.

Estas cosas sucedieron en menos de cinco minutos. Más tarde, Meishu sama salió del zaguán y, mientras miraba su figura desapareciendo por entre la neblina, dije con rigor, para mí mismo, que jamás, en ningún momento, debería olvidarme de estar atento y cuidadoso.

Un dedicador del Museo de Arte


POR UN MINIMO DESCUIDO SOMOS GOLPEADOS


Cierto día, cuando estaba mostrando las Obras de Arte a Meishu sama, recibí una advertencia. Sucedió porque, por olvido, dejé de comunicarle algo. En resumen, recuerdo que fui amonestado severamente: “Todo en este mundo es una lucha seria, en la cual, por un mínimo descuido, somos golpeados. En cualquier situación debemos estar siempre listos y atentos. De esa manera, usted sería golpeado y descuartizado. Si fuese una lucha real, usted ya estaría muerto”.

Un dedicador del Museo de Arte


SI NO LOGRA EJERCER LAS PEQUEÑAS COSAS...


Meishu sama preguntó a una persona: “¿Cuánta cantidad de arroz suele comer en su casa por mes?”. Como era una pregunta inesperada, se puso a pensar. Entonces, Meishu sama le dijo: “Debe estar siempre informado de esas cosas. Aquí somos una gran familia, pero sé exactamente cuánto arroz necesitamos en un mes”.

Y prosiguió: “Las cosas grandes son conjuntos de cosas pequeñas. Por lo tanto, si no logra ejercer perfectamente las pequeñas cosas, tampoco logrará hacer las cosas grandes”.

Un dedicador del Museo de Arte


IRRITENSE CONTRA EL MAL


Un día, mi esposa dijo a Meishu sama: “Yo me irrito mucho y no sé qué hacer. Por favor, haga que tenga más paciencia”. Yo, que estaba a su lado, dije con orgullo: “Yo no me irrito”.

Dando una carcajada, Meishu sama dijo: “Irritarse es natural. Quien no se irrita no logra servir realmente. Yo también logré llegar donde estoy hoy y realizar mi tarea irritándome contra el mal. En un sentido positivo, es bueno irritarse bastante. Usted debe irritarse constantemente”.

Kyokaicho (Un Dirigente del Templo)


VOLVERSE PERSONA QUE NO SE IRRITE, EN LUGAR DE EVITAR IRRITARSE


Cuando era joven, en la casa de mi adolescencia, era yo una persona muy violenta, a la que nadie lograba contener; llegué hasta el punto de ser llamado gallo de riñas y, como yo era débil, enseguida tomaba algún objeto para golpear. Tenía miedo de mí mismo, pues tras la pelea generalmente bebía y provocaba desórdenes.

Quien me libró completamente de tales condiciones fue Meishu sama, que siempre decía: “No se irrite, tórnese un bobo”. Entonces le pregunté: “Aunque estemos irritados, basta que no lo demostremos, ¿no es cierto?”. En ese momento, Meishu sama me dijo enérgicamente: “No, no debe ni siquiera pensar”. De ahí en más, gracias a esas palabras, lentamente fui no irritándome; me torné un hombre que naturalmente no se irrita, en vez de vivir evitando irritarme.

Al respecto de mi costumbre de irritarme, una vez Meishu sama enseñó también: “Usted dice que se irrita y no logra contenerse; pero cuando un perro está oculto para usted, ¿acaso usted pelea con el perro?. Si usted hace algo con buenas intenciones para alguien, pero ese alguien no simpatiza con usted, él no puede ser considerado un hombre. Cuando usted se irrita hasta el punto de agredir, recuerde que su espíritu se estará rebajando en la misma forma que el espíritu de ese alguien”.

La cosa más gratificante de mi vida es que no me irrité más.

Reconozco que fui un hombre que tomaba, casi dos litros de saque por vez. Por lo que, cierta vez pregunté a Meishu sama: “¿Puede tornarse miembro aún una persona como yo?”. Entonces, Meishu sama me respondió: “Es por ser una persona como usted que la fe le es necesaria”.

Un miembro calificado


UN PRESTAMO ES UN PRESTAMO, POR LO TANTO ES ALGO ILUSORIO

Un día recibimos la siguiente Enseñanza sobre el alquiler de una casa: “Últimamente, se verifica en todo una gran falta de sentimiento de gratitud. En el caso del alquiler de una casa, el inquilino, a pesar de estar libre de lluvias y vientos gracias a ese techo, no tiene la mínima gratitud hacia el locador; deja que la deuda del alquiler se acumule por varios meses y cuando, en una u otra ocasión, es cobrado, por su propia boca sabemos que no tolera saber quién es el locatario, cosa que nos deja pasmados. En verdad, lo correcto sería pagar el alquiler de un mes hacia el final del mes anterior y no al finalizar el mes vencido.

De esta forma significa que la casa está siendo prestada y el préstamo es algo ilusorio, no es verdadero. Hacer un préstamo significa contraer deuda, lo que constituye un pecado. Pero, si el alquiler es pagado hacia el final del mes anterior, deja de ser un préstamo. Si dejamos pago aquello que debemos pagar, Dios renueva sus gracias”.

Kyokaicho (Un Dirigente del Templo)


NO MANIFESTABA EN SU FISONOMIA EL PROPIO DOLOR


Meishu sama también sufrió purificaciones de toxinas hereditarias, pero jamás se quejaba ni demostraba dolor.

Pero cuando veía que otras personas pasaban por tal purificación, se condolía profundamente y preocupado les decía: “¿Debe de estar doliendo, no?”. “¿Debe de ser un tormento, no?”. Pero cuando Él mismo pasaba por ese tipo de purificaciones ni siquiera lo demostraba en su fisonomía. Cuando preguntábamos: “¿No está doliendo?”, Meishu sama respondía: “Esto es purificación”. Y también cuando decíamos: “Pero Meishu sama, no es justo que usted esté sufriendo así a causa de esa toxina hereditaria”, respondía: “¡Esto no es nada! Es apenas una purificación”.

Kyokaicho (Un Dirigente del Templo)


SUFRIR TAMBIEN ES BUENO


Entre los miembros que yo asistía, había una señora que pasaba por una purificación severa.

Ella se restableció de la enfermedad. Sin embargo, posteriormente varios problemas comenzaron a surgir uno tras otro. Pero ella, conciente de que esto se debía a sus nublamientos, llevó adelante su purificación.

También la Enseñanza: “Aunque Dios quiera concederle gracias a una persona, si posee nublamientos, estos antes deben ser eliminados”, la animaba mucho.

Pero como la purificación se prolongaba por mucho tiempo, fui a pedir orientación a Meishu sama para su encaminamiento. Mientras relataba todo detalladamente, Meishu sama oía en silencio con una expresión como diciendo: “¡Qué purificación terrible!; ¡Debe de estar sufriendo mucho!”.

Finalizado el relato, pensé: “¿Qué clase de respuesta va Él a darme?”. Pero lo único que Meishu sama me dijo en tono firme fue: “¡Eso es bueno!”.

Repentinamente desperté y grité para mis adentros: “¡Por supuesto!”. Naturalmente, transmití fielmente las palabras de Meishu sama a aquella persona. A través de ellas, ella cambió por completo y empezó a mejorar visiblemente.

Kyokaicho (Un Dirigente del Templo)


EL DESTINO DE SERVIR, LLEVANDO CONSIGO A LOS NIÑOS


Alrededor de 1934, acompañada de mis tres hijos menores, dedicaba en el Templo Filial. Eran días realmente atareadísimos: transmitía Johrei diariamente, participaba del Culto Mensual y viajaba para la divulgación en otras localidades.

En esa época, mi marido dedicaba casi tiempo completo al lado de Meishu sama. Un día, deseando que él volviera a casa, telefoneé a “Ojindo” (Casa de Difusión). Aún así, él no volvió.

Luego de cuatro o cinco días fui hasta allí y oí las siguientes palabras de Meishu sama: “Su esposo tiene una misión en la Obra Divina, por lo tanto esté conciente de que él no puede volver siempre a su casa de acuerdo con su voluntad y conveniencia”.

Entonces yo le dije: “Si no tuviese los niños...”, y Él me respondió: “Si los niños son pesados fardos, Dios los sacará”.

Me espanté con esas palabras y pedí disculpas. Entonces, Él me enseñó detalladamente que “su destino es servir llevando a sus hijos consigo”. Hoy siento que hablé con Meishu sama de una manera nada delicada.

Una miembro calificada


LA CONSTANTE PREOCUPACION PARA ELIMINAR EL APEGO


Un día, cuando la entrevista estaba por terminar, en un tono más alto que lo normal, Meishu sama dijo: “Hoy, como regalo, enseñaré una cosa buena”. Instintivamente comenzamos a prestar mayor atención y Él nos enseñó en qué manera el apego es algo errado. “Cuando tenemos apego, el resultado será infaliblemente lo contrario. Procurando siempre eliminar el apego, deben dejar todo en las manos de Dios. El agua de la vasija, por ejemplo, si empujamos hacia adelante, ella va hacia atrás y si la empujamos hacia atrás, ella viene hacia adelante”. Así nos enseñó a hacer realidad todo lo que deseamos.

Un dedicador


ORDEN CUANTO MAS ATAREADOS, MAYOR CUIDADO DEBEMOS TENER


Meishu sama era riguroso en relación al orden. Cuando me atrasé cinco minutos para recibir su Johrei, llamó mi atención severamente: “Usted va a ser purificado a través de mí, por lo tanto debería haber llegado más temprano porque yo estoy aguardando. Si la persona que va a purificar tuviera que esperar a aquélla que va a ser purificada, el orden estaría alterado”. Y continuó advirtiéndome: “Cuando la persona dispone de tiempo, sigue correctamente el orden, pero cuando está atareada, se desvía fácilmente de él. Por lo tanto, cuando esté atareada, tenga más cuidado. Para eso, debe empeñarse en la lectura de las Enseñanzas. Eso impide la actuación del espíritu maligno. Dejar de dormir una o dos noches no mata a nadie; por eso, lea ávidamente las Enseñanzas. Cuando dejamos al espíritu maligno actuar en nosotros, no logramos más discernir el orden”.

Un artesano


UNA ENSEÑANZA RIGUROSA ACERCA DEL ORDEN, ESPECIALMENTE PARA LOS ORIENTADORES


En ocasión del primer viaje misionero a diversas regiones del Japón, Meishu sama, pasando por la ciudad de Nagoya, fue a Kyoto. A la vuelta, como deseaba acompañarlo, me dirigí al vagón en que Él estaba para saludarlo.

En aquel momento, Meishu sama conversaba con el Presidente de la Institución, por lo que permanecí esperando del lado de afuera hasta que terminasen, pero la conversación parecía no tener fin. En eso, sonó la señal de partida del tren; yo quería saludarlo, pues pensaba que sería incorrecto embarcarme y acompañarlo sin decirle nada, por lo que ya me estaba impacientando.

En ese momento, Nidai sama me preguntó: “¿Qué desea?” y yo le respondí: “Deseo acompañarlos en el viaje” y, al mirar de reojo a Meishu sama, vi que en aquel mismo instante Él había cerrado la conversación. Apresuradamente, como el tren iba ya a partir, le dije: “Voy a acompañarlo” y subí al tren.

Cuando embarqué, la dedicadora que lo acompañaba me dijo: “Meishu sama lo está llamando, venga rápido”. Me dirigí de prisa al coche especial donde Él se encontraba. Entonces fui severamente advertido: “¿Acaso usted sabe qué es orden?”. Yo respondí: “¡¿Sí?!”. Aún no sabía por qué me llamaba la atención. Entonces, El continuó: “Mi esposa está aquí como mi acompañante; ¿dónde se ha visto saludar primero a mi acompañante y dejarme para después?. De aquí en adelante, usted necesitará orientar a muchas personas, por lo que quiero dejar todo bien claro”, y continuó, rigurosamente, esclareciendo en qué medida es importante mantener el orden.

Yo quise explicarme, pero nada pude decir además de: “Sí Señor” y Meishu sama concluyó diciendo: “Muy bien”. El caso quedó cerrado. Luego fui al coche dormitorio deprimido y no pude dormitar hasta llegar a la ciudad de Atami, a tal punto me tocó el hecho de haber sido reprendido.

Sin embargo, luego de ese hecho, sentí algo diferente formándose en mi interior y adquirí autoconfianza en relación al servir. Siempre que surgía un problema, me acordaba de la expresión del rostro de Meishu sama diciendo: “¿Acaso no sabe qué es orden?”, y luego que eso me venía a la mente, comprendía cómo debería actuar para encontrar la solución deseada. Por eso, cuando surgen problemas, me acuerdo de su amor por mí, demostrado en esa ocasión, y quedo profundamente agradecido.

Kyokaicho (Un Dirigente del Templo)


SI USTED NO DISTINGUE A DIOS, NO SABE QUE ES ORDEN


El siguiente hecho sucedió en Abril de 1952, en ocasión del viaje misionero de Meishu sama a la ciudad de Kyoto y también cuando yo purificaba nuevamente con tuberculosis y estaba muy abatido.

Meishu sama llegaría al restaurante Alaska, en el edificio Asahi de Kyoto al atardecer, pero hubo un atraso en el horario. Mi tarea era la de portero; debía conducir a Meishu sama luego de su descenso del auto hasta la puerta del ascensor, lo que estaba dejándome muy preocupado.

El auto de Meishu sama llegó con el atraso previsto. Abrí la puerta y fui conduciéndolo. Luego de dar dos o tres pasos, miré hacia atrás y vi que Nidai sama estaba un poco atrasada. Entonces paré para esperarla.

En ese momento nada sucedió, pero luego fui llamado a la presencia de Meishu sama que se encontraba en la sala de descanso por intermedio de una señora apurada que, con visible preocupación me preguntó: “¿Qué sucedió?; ¡Él está muy enojado!”; “No hice nada”, respondí. “De cualquier modo, cuando entre en la sala de descanso, pida disculpas”, me dijo ella.

Así, al llegar ante Meishu sama, aún sin saber por qué, pedí perdón diciendo: “Discúlpeme”.
Entonces Él me dijo: “Usted no me conoce bien”.
Aún así yo continuaba sin comprender.

Después percibí repentinamente de qué se trataba y dije algunas palabras justificándome. Entonces, Meishu sama me habló de la siguiente manera: “Ella es mi esposa. ¿Quién es más importante, mi esposa o yo?. Al no saber quién soy, usted corre riesgo de vida, pues eso significa que no sabe quién es Dios”.

Pedí perdón inclinándome respetuosamente. Luego hubo una cena pero, en lágrimas, no logré comer.

Kyokaicho (Un Dirigente del Templo)


SI EL ORDEN DE LOS LUGARES ESTUVIERA INVERTIDO...


En la época en que Meishu sama residía en Hozan So (Solar de la Montaña Preciosa), quedé como responsable en portería y, junto con un ayudante, servía en el hall de entrada. Entonces, de manera extraña, comenzaron a sucederse desavenencias inexplicables entre nosotros; yo ya no soportaba aquella situación. Los días iban pasando sin que yo consiguiese entender la razón de todo aquello. El ayudante, que tampoco soportaba más, relató a Meishu sama su insatisfacción para conmigo.

Entonces, Él me llamó pero sin indicio de que me quisiese reprender. Solamente preguntó qué orden tenían los lugares que ocupábamos en la recepción y, luego de responder, me dijo: “Eso está sucediendo porque el orden está invertido. Cambie el orden de los lugares”. Luego de eso, el clima entre el ayudante y yo se hizo agradable. Juntos, en mutua colaboración, logramos servir con armonía.

Un dedicador


SIGA POR EL CAMINO CORRECTO


Esto sucedió un día de fuerte ventarrón, en ocasión de la visita de Meishu sama al Suisho Den (Palacio de Cristal).

Él siempre visitaba primero el Palacio de Cristal, luego el Kyusei Kaikan y se iba; ése era el orden de su visita.

Pero, como ese día había mucho viento, pensé en llevarlo primero al Kyusei Kaikan y, seguidamente, al Palacio de Cristal. Con esta idea, en la zona de cruce de caminos de la Colina de las Azaleas, intenté entrar a la izquierda, pero Meishu sama hizo parar el auto y preguntó: “¿A dónde va?” y ordenó severamente: “En todo hay un orden. Siga por el camino correcto, no se puede invertir el orden”.

Entonces, como de costumbre, visitó primero el Palacio de Cristal. Creo que las palabras “camino correcto” no se referían solamente al trayecto a ser recorrido por el automóvil, tenían otros significados. Sentí que se referían también al camino que el hombre recorre en la vida y en todo lo demás.

Un dedicador


LA DIFERENCIA ENTRE “GRACIAS” Y “DISCULPEME POR HABERLO INCOMODADO"

El siguiente hecho sucedió cuando mi esposa estaba con una purificación y, por haber recibido permiso para recibir Johrei de Meishu sama, la llevé hasta su casa.

En el momento en que Meishu sama transmitía Johrei a mi esposa, una persona de su familia entró en la sala. Entonces, tuve la intención de saludarla, pero Meishu sama, delicadamente me dijo: “En el momento del Johrei no es necesario”, lo que me puso cómodo.

Algunos minutos después, El dijo: “Ha terminado el Johrei.” Entonces, agradecí por mi esposa diciendo: “Muchas gracias” y también agradecí a Nidai sama que allí estaba presente.

Cuando me estaba retirando y, descendía ya las escaleras, fui llamado por Meishu sama. Retorné a la sala y lo saludé receloso. “La expresión, Muchas gracias, dicha a mi esposa, es errada. Se debe decir: Discúlpeme por haberla incomodado”.

Aquellas palabras me hicieron sudar frío y en el momento en que me retiraba, agradecido por la aclaración, me emocioné al constatar que Meishu sama nos orientaba hasta en las pequeñas cosas.

Ex Presidente de la Iglesia


DEBEMOS ATENERNOS A LAS FORMALIDADES


Meishu sama nos advertía severamente cuando no sabíamos actuar con urbanismo, o sea, no obedecíamos las formalidades. Cuando Él llevaba a una empleada a pasear y ella no agradecía al volver a la casa, era segura la reprensión. Él decía que el agradecimiento forma parte de las buenas maneras y, por eso, cuando no procedíamos en conformidad con ellas, se malhumoraba.

Aprendí ese ritmo de cosas yendo a pasear con Meishu sama repetidas veces. Así, siempre que lo acompañaba en la comida o yendo al cine, al volver, agradecía sin falta diciendo: “Muchas gracias por todo”. Al proceder de esa manera, su humor se mantenía siempre óptimo. En ese punto, Él era muy riguroso.

Un familiar


EL DECORO EN RELACION A QUIEN CONSIDERAMOS NUESTRO MAESTRO


Después que me casé y que fui a vivir a Oisso, cierta vez llevé a mi profesora de la Ceremonia de Té en Hakone, a conocer a Meishu sama.

En el momento del encuentro, Meishu sama la saludó diciendo: “Agradezco la enseñanza dada a mi hija”.

A pesar de su posición, Meishu sama, como cualquier otro padre, se preocupaba mucho por sus hijos y aquella actitud me dejó realmente emocionada.

Fue Él quien, antes que las demás personas, presentó sus respetos a mi profesora. En aquel momento, fui invadida por la emoción, pues pude ver una fase de Meishu sama diferente de aquélla que mostraba cuando se relacionaba con los miembros.

Un Familiar


LA FALTA DE RESPETO ANTE LA IMAGEN DE LA LUZ DIVINA ES IMPERDONABLE


Una vez, por orden de Meishu sama, hice la sustitución de la Imagen de Kannon, pintada por Él, que estaba en el tokonoma de Kanzan Tei (Solar de Contemplación de la Montaña). En el momento del cambio, yo estaba en kimono y descalzo. Meishu sama, que me observaba, llamó mi atención: “¡Eh, usted!. ¿Qué falta de respeto es ésa de trabajar con la Imagen de la Luz Divina así descalzo?. ¡Cálcese el ‘tabi’ (medias usadas con el kimono) y proceda con educación!”. Me sentí realmente agradecido por aquellas palabras.

Un dedicador


AL BOSTEZAR ANTE LOS OTROS


Cierto día, iniciada la entrevista colectiva con Meishu sama, comenzaron a oírse por aquí y por allá sonidos extraños, toses y sollozos. Pensé para mí mismo: "¡Qué bochinche incómodo!”.

De repente, una persona a mi lado dio un enorme bostezo. Con una mirada penetrante, Meishu sama llamó su atención severamente: “¡Ante los demás no se debe abrir la boca de esa manera!”. Por instantes, hice silencio. Entonces, Meishu sama, con una fisonomía realmente alegre, desató su risa en voz alta. Y así, se creó un ambiente cómodo. Entonces, calmadamente, colocando la mano sobre su boca, dijo: “Se debe colocar la mano en la boca, de esta manera” y continuó la charla.

Un miembro calificado


LA ESENCIA DE LA FE ESTA EN RESPETAR AL PROJIMO Y EN CUMPLIR LAS LEYES


Este hecho sucedió el 4 de Febrero de 1950. Ese día, al llegar a la Sede Provisoria en el barrio de Shimizu, en Atami, para una dedicación, vi que Meishu sama salía. Las dedicadoras lo reverenciaron respetuosamente y Él, desde dentro de su auto, se quitó el sombrero y saludó cortésmente.

Al ver aquel procedimiento, me impresioné profundamente y rápidamente me incliné. Digo esto porque a medida que la persona es considerada ‘maestro’ por las otras, aunque éstas lo saludan con todo respeto, generalmente ella no acostumbra a tomarse el trabajo de quitarse el sombrero o las manos del bolsillo. La tendencia es tener actitudes altivas; yo mismo ya pasé por experiencias de ese tipo.

Entretanto Meishu sama como Dios en persona además de quitarse el sombrero, saludó a los simples dedicadores que hasta allí se allegaron para despedirse de Él.

Al encontrarme con aquella escena, me sentí realmente agradecido y, al mismo tiempo, profundamente emocionado. Me parecía que estaba recibiendo una gran Enseñanza al presenciar un acto que estaba de acuerdo con sus palabras: “La esencia de la fe está en respetar al prójimo y en cumplir las leyes”. Aquellas palabras calaron tan profundamente en mí que se tornaron un recuerdo inolvidable.

Kyokaicho (Un Dirigente del Templo)


EL NO SE OLVIDABA DE AGRADECER NI AUN UNA BATATA DULCE


Yo plantaba un poco de verdura en el terreno situado bajo el Tozan So, Solar de la Montaña del Este y, siempre que cultivaba batata dulce, por ejemplo, me gustaba ofrecer las primeras a Meishu sama. Entonces, mandaba a mi hija a preguntarle si las quería y Él respondía: “Estaré muy contento”. En la primera oportunidad en que nos encontrábamos, me decía: “Aquella batata estaba muy sabrosa. Ahora intente cultivar mediante el método de Agricultura Natural, son aún más deliciosos. ¡Pruebe!”.

Así, Meishu sama agradecía hasta una batata dulce. Eso es algo que no todos logran practicar.

Un dedicador


LA FE NO DEBE IMPEDIR EL SENTIDO COMUN


El siguiente hecho sucedió en la entrevista colectiva en el Tozan So (Solar de la Montaña del Este).

Luego de la entrevista con Meishu sama, yo conversaba sobre cosas banales en el cuarto de los servidores. En ese momento, sonó un aviso de ataque aéreo.

Así, me dirigí a la residencia de Meishu sama atravesando el jardín. Cuando llegué allí, lo encontré vestido con el protector, las polainas y casco en la cabeza; estaba con la vestimenta completa de protección antiaérea.

Como fuimos hasta allí calmos, con ropa común, Él nos advirtió severamente: “¡Eh, ustedes!. ¿No oyeron que habrá un ataque aéreo?. ¿Qué piensan que pueden hacer vestidos de esa manera?. Vamos, entren en el refugio antiaéreo”.

Un miembro calificado


UNA VIDA DE INTENSA DISCIPLINA


Es superfluo decir que, humanamente, Meishu sama tenía una capacidad e inteligencia realmente notables.

Debemos estar realmente concientes de que, además de eso, era una persona muy esforzada. Su empeño era tal, que hasta llegábamos a pensar: “Aunque no tuviese una capacidad especial, al esforzarse de la manera en que Él se esfuerza, cualquier persona conseguiría obtener éxito en su trabajo”. Aquello que una vez determinaba hacer, Él lo realizaba a cualquier costo.

“Yo me llamo maestro Jikan (seudónimo de Meishu sama), pero como estoy preso de los horarios, soy el maestro Jikan (horario)”. Los chistes que hacía de ese tipo, mostraban que Meishu sama no era fruto de una simple fuerza de voluntad, sino resultado de un entrenamiento constante y del esfuerzo durante años y años.

Por ejemplo, si Meishu sama creía que las caminatas eran buenas para regular las condiciones del cuerpo y determinaba hacerlas durante dos horas diarias, realmente así lo hacía. Como la ciudad de Atami es pequeña, ya no sabía más por dónde andar, pues todas las calles ya estaban sobradamente recorridas. Finalmente, Él ya sabía de memoria a cuántas casas a partir de tal esquina residía tal persona. “Puedo hasta ser cartero”, decía riendo.

Siempre que yo miro la fotografía de Meishu sama, viene a mi memoria una persona poseedora de una voluntad rigurosa, fuerte como un muelle, capaz de una intensa disciplina, y me siento muy emocionado.

Kaicho (Presidente)


SER BUEN OYENTE PARA OBTENER CONOCIMIENTOS


Meishu sama era realmente un buen oyente. Cuando invitaba a alguien, estaba siempre atento para dejar que aquella persona hablase, y le daba prioridad en el diálogo. Conversaba en forma agradable y sonriente, cosechando nuevos conocimientos. Si se trataba de un asunto que Él no conocía, realmente se interesaba mucho. Hacía preguntas con seriedad, adoptando el comportamiento de quien habla con un maestro.

Si Meishu sama era así en sus últimos años de vida, creo que, cuando joven, haría mucho más de lo que podamos imaginar.

Kaicho (Presidente)


ESTE SIEMPRE UN PASO ADELANTE


En la época en que era comerciante, Meishu sama detestaba imitar a los demás y, por eso, siempre inventaba nuevos artículos para vender, de manera que se volvió tan famoso, al punto que se llegó a decir que la tienda Okada era la que dictaba la moda. Cuando los demás lo imitaban, Él hacía nuevos lanzamientos y así estaba siempre al frente.

Las joyas de la tienda Okada estaban totalmente confeccionadas a partir de los diseños creados por Meishu sama y, por ser de muy buen gusto, llamaban la atención. Todos los que oían el comentario: “La vitrina de la tienda Okada cambieo nuevamente”, iban a apreciarla.

De ese modo, desde joven, Meishu sama fue un ardoroso innovador, habiendo hecho proyectos de cosas originales y sorprendentes.

Un familiar


SIGA EL EJEMPLO DEL SACRIFICIO DE LOS TRUINFADORES


Poco antes de comenzar a frecuentar a la familia Okada, alrededor de 1901, oí decir que Meishu sama sufría mucho con tuberculosis pero que al alimentarse con vegetales, tuvo una visible mejora y finalmente se tornó una persona saludable.

Desde esa época, deseando tornarse hombre notable, Meishu sama leía con entusiasmo libros como, por ejemplo, “El Japón, país empresario”. Mi madre me dijo cierta vez que Él leía aquel libro con todo empeño, aún después de ser deshauciado por los médicos. En ese libro había relatos de varios industriales que obtuvieron éxito en la vida, tras vencer innumerables sufrimientos. Por eso Meishu sama leía con mucho entusiasmo, indagando de qué manera, con qué postura, esas personas lograron el éxito.

Okada se interesó en especial, por las experiencias de Soichiro Assano, presidente de la fábrica de cemento Assano y de Mogi, propietario de la casa de seda de Yokohama. “En cualquier campo, el hombre sufre hasta alcanzar el éxito. Yo también debo seguir esos ejemplos”. Así, Él se mostraba entusiasmado. Leía también muchos libros extranjeros.

A esa edad, habría sido normal adherirse a algún tipo de diversión, pero Meishu sama procuraba permanecer ajeno a eso. En aquella época, estaba suscripto al “Diario Mancho Ho”, de color rojizo. Lo leía diariamente, y esperaba ansioso su entrega. Por eso, hasta cuando iba al baño llevaba algunas anotaciones para leer; ni aún durante las comidas soltaba el diario. Así, sus actividades normales eran un tanto diferentes de las actividades de las demás personas en general.

Un familiar


EL ESFUERZO INCANSABLE ES LA CAUSA DEL EXITO


Cierta vez, cuando yo me lamentaba de mi falta de inteligencia, Meishu sama me enseñó lo siguiente: “Muchas veces, las personas que tienen inteligencia se dejan envanecer y no les va bien porque no se esfuerzan. Aquéllos que no tienen mucha inteligencia pero se esfuerzan, logran un cierto resultado, aunque no alcancen gran éxito. El ser humano necesita estar constantemente esforzándose, aunque esos esfuerzos sean graduales. Toda persona tiene un tipo de talento y es capaz de esforzarse un poco, pero es raro aquélla que logra desarrollar un esfuerzo incansable. Por ejemplo, yo llego a que todo se logre porque me esfuerzo siempre”.

Un dedicador


EVOLUCIONE HACIA UN SEGUNDO, UN TERCER YO


Desde hacía mucho tiempo yo venía trillando el camino religioso, conocía la mayoría de las Enseñanzas, pero en lo más importante la práctica estaba casi en cero. Cuando descubrí que no era más que un simple conocedor de Enseñanzas, sentí vergüenza y me quedé realmente desanimado. En uno de esos momentos de reflexión, recibí de Meishu sama las siguientes palabras: “El hecho de no sentirse a gusto consigo mismo significa el nacimiento de un nuevo yo, aún mejor, lo que significa también que manifestó la capacidad de criticar a su viejo yo, y eso está muy bien. Todo hombre necesita evolucionar hacia un segundo yo”.

Al decir así, me llenó de coraje, reprobando al conservadorismo.

Un dedicador


ES DUDANDO COMO SE COMPRENDE


Cierta vez, durante la actividad de construcción, pregunté a Meishu sama: “¿Cuándo podemos decir que hicimos el máximo?. ¿Hay algún ejemplo que sirva de patrón?”.

Meishu sama respondió: “Aunque se crea haber hecho el máximo desde el punto de vista humano, muchas veces eso no corresponde al punto de vista de Dios. Por lo tanto es un poco difícil de comprender; o sea, es lógico que no se pueda comprender. Yo mismo tardé diez años para alcanzar esa comprensión. Querer entenderlo en apenas uno o dos años...”.
“¿Sería atrevimiento de mi parte?”, pregunté.
“Sería insolente”, respondió riendo, y me enseñó: “Al comienzo es bueno que tenga dudas en varios aspectos. Es a través de las dudas como se consigue crecer y comprender”.

Un dedicador


NO ES VERDADERO, PERO TAMPOCO ES FALSO


El siguiente hecho ocurrió en Kyoto, cuando Meishu sama estaba apreciando un cuadro cuyo autor era Sotatsu.

Al mirar atentamente ese cuadro, Meishu sama dijo: “Realmente no sé si se puede decir que es verdadero, pero no por eso es falso”.

Infelizmente, no comprendí bien el sentido de esas palabras. Me cansé de pensar y finalicé preguntando a Meishu sama su significado. Riendo, Él me dijo: “Parece que nadie se extrañó de que yo no hubiese comprado ninguna obra de arte falsa, entre tantas que conseguí coleccionar. A pesar de gustar mucho del arte desde joven, eso no bastó para que yo entendiera todas las obras. Luego de que construí el Museo de Hakone, decidí coleccionar obras de arte y, es hasta extraño que yo mismo lo diga, pero aprendí mucho. Ese aprendizaje se extiende a todos los tipos de arte; aprendí teóricamente y también con los mismos objetos; y cuando surgían oportunidades, con humildad pedía orientación a los llamados expertos en ese área. Estudié ávidamente, día y noche, en las horas libres que me dejaba la Obra Divina. Fue a través de ese esfuerzo, creo yo, y tal vez ustedes no logren entender, que pude cultivar la sensibilidad artística. Además de eso, hay algo que yo entiendo desde el punto de vista espiritual. La alegría de un corazón de bien, que un gran pintor siente al concluir una obra maestra, me es transmitida, fiel y agradablemente, cuando aprecio una obra verdadera. Cuando la obra no es verdadera, por mejor pintada que pueda parecer, tengo una sensación desagradable y descubro que es falsa. En ese sentido, sé que hay algo en aquel cuadro que sólo Sotatsu lograría pintar, pero la sensación que toca mi corazón, a pesar de agradable, es muy mala. Por eso, en ese cuadro, advierto que los discípulos de Sotatsu colorearon las líneas trazadas por él. He aquí por qué siento que ese cuadro no es verdadero, pero tampoco es falso”.

Kyokaicho (Un Dirigente del Templo)

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