Para Mokichi Okada la validez de las teorías dependía de si podían ser puestas en práctica o no, por lo que no se limitó sólo a presentar sus ideas sobre la Verdadera Civilización, sino que dedicó gran parte de su vida a realizar tales ideales de manera pragmática.

Para ello adquirió terrenos en Hakone y Atami, en donde logró complementar la belleza natural característica de estos lugares y la belleza artificial creada por el hombre en forma armoniosa.
De este modo construyó diversos prototipos a los que llamó, Shinsenkyo de Hakone, al cual caracterizó como el Prototipo de la Civilización Oriental Espiritualista y el Zuiunkyo en Atami, al que caracterizó como el Prototipo
de la Civilización Occidental Materialista. Ambos Prototipos se corresponden y complementan entre si.
En este aspecto nos esforzamos en la construcción de una sociedad en donde la seguridad y la tranquilidad de la vida estén garantizadas a partir de la transformación del individuo.
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