Hoy en día los niños tiene una salud débil. Me alarma profundamente ver su palidez y su fragilidad. En el pasado, esta situación prevalecía principalmente entre los niños de las ciudades, pero en los últimos tiempos ha empezado a afectar a los que viven en regiones campesinas, también. Un examen médico llevado a cabo en cierto pueblo de la prefectura de Nagano, localizada en el centro de Japón, mostró que un ochenta por ciento de los niños sufren posiblemente de tuberculosis. Desde entonces, han aparecido informes similares de vez en cuando en los periódicos. Esto, sin duda, debe intrigar a todos los que lean esto, en esta época en que el progreso médico moderno ha llegado a las áreas rurales. La gravedad de este problema se incrementa bastante, debido a que la causa de este fenómeno no se ha encontrado. Para que la gente pueda comprenderlo, describiré esta causa en términos de mi método de medicina natural.
Las únicas causas concebibles de la mala salud que tienen los niños en áreas urbanas y rurales, son la medicina, la higiene, y la nutrición erróneas que siguen. El error radica en creeer que los niños japoneses son exactamente iguales a los niños occidentales, y criarlos, por lo tanto, de una forma completamente occidental. Esto es un grave error, ya que los niños japoneses y los occidentales son en esencia diferentes. La idea equivocada de que los niños japoneses pueden ser criados en una forma occidental, parece ser que en el pasado se limitaba a ciudad, pero ahora se ha extendido también al campo. El error de las prácticas occidentales es ignorar la naturaleza, darles a los niños mucha leche vacuna, descartando la materna, mimarlos, suministrarles excesivas medicinas, y administrarles inyecciones inadecuadas. Si bien esto es teóricamente correcto, esta prácticas de crianza, de hecho, debilitan a los niños físicamente. El sistema puede ser adecuado para los occidentales, que han estado habituados a esto por generaciones, pero representa un repentino y nocivo cambio para los japoneses. Si es necesario que haya un cambio en las prácticas obsoletas, que los japoneses han considerado compatibles por largo tiempo, éste debe ser gradual. Los hechos lo demuestran. Los niños eran más sanos hace algunas décadas, en una época en que la ciencia médica no había aún alcanzado el nivel que tiene ahora.
A manera de referencia, describiré en seguida la forma correcta de criar a los niños. Las madres deben continuar trabajando hasta el mes de parto; de ser posible, deben dar el pecho a los niños, y recurrir a la leche de vaca sólo cuando sea absolutamente necesario. Se debe permitir que los niños vivan de la manera más natural que sea posible, y las madres no deben preocuparse demasiado por hechos tales como pescar un resfrío. En otras palabras, no se debe agobiar innecesariamente a los niños, se les debe dar libertad sin demasiada interferencia de los padres. Hay que restarle importancia a las medicinas. Los padres deben reconocer que los niños nacen con la capacidad para tener un crecimiento sano. Demasiadas atenciones únicamente los debilitan. La mejor medida es tener en mente los venerables métodos viejos transmitidos por nuestros ancestros, y no dejarse llevar por modas del momento. Debemos usar el progreso moderno para adoptar no sus teorías, sino sus aspectos verdaderamente positivos. Recomiendo enérgicamente a las autoridades y a los especialistas que tomen estos puntos en consideración.
14 de Marzo de 1951
Mokichi Okada
La verdadera salud revelada por Dios - pág. 47
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